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viernes, 7 de noviembre de 2014

Capítulo 13: Primera cita

*Laura*
Una semana. Una bendita y larga semana. Y yo no fui capaz de olvidar la dichosa fiesta. No es que ocurriese algo grande como para ser recordado de por vida -aunque estuvo bastante bien y los invitados quedaron muy satisfechos-, pero sí que ocurrió algo que hizo que yo no pudiera o quisiera olvidar esa fiesta...
Me encontraba perdida, demasiado perdida, y por muchas cosas: La fiesta, la petición de Dani para que bailara con él aquella noche, que fuera a buscarme cada día a la universidad y me acompañara hasta casa, los mensajes de buenas noches y buenos días y el sueño que había tenido la noche anterior, ¡recordé el beso como si hubiera sido real!
¿Perdida? Eso es decir poco. Creo que me estaba empezando a enamorar de ese rubio y no sabia cómo tomármelo, ¿bien o mal? Ojalá tomar cierto tipo de decisiones fuera tan fácil.
Decidí salir a correr para despejarme un poco, así que le envié un mensaje a Clara que había ido a hacer unas compras, me cambié y me fui.
Al llegar al portal después de una hora corriendo, vi a una rubia tocando el interfono, sonreí al darme cuenta de quién era.
-Hola Isa-logré que se sobresaltara y reí.
-Hola Lau-me sonrió-.Ya decía yo que por algo nadie me abría la puerta-puso un puchero.
-Clara salió antes que yo, se habrá retrasado y yo necesitaba salir a correr un rato-abrí con mis llaves y entramos.
-¿Pasa algo?-me miró curiosa pero con un toque de preocupación.
-Me puse a pensar y me agobié-puse una mueca mientras subíamos las escaleras-, será que pensar no es lo mío.
Bufó y negó con la cabeza, entramos al apartamento y dejé el móvil y mis auriculares sobre la mesita de centro mientras Isa se sentaba en el sofá.
-Voy a la ducha, te quedas en tu casa-le sonreí y me encaminé hacia mi habitación.
Después de la ducha, salí al salón con unos shorts vaqueros en blancos y una camiseta roja y pasándome con una toalla pequeña por el pelo para secarlo sin tener que usar el secador.
-¡Laura!-exclamó Alejandra al verme aparecer.
-Hey, ¿qué tal?-me acerqué, le di un beso en la mejilla y después saludé a Cristina-.¿Cuándo habéis llegado?
-Hace unos cinco minutos con Clara-respondió Cris sonriéndome.
-Las he citado yo aquí-dijo Isa-, tengo algo que contaros.
-Dinos-la miró Clara curiosa.
-Mañana es mi cumpleaños y quería invitaros-soltó de lo más feliz y sonriente-.Voy a hacer una pequeña fiesta con los chicos en mi casa, así os la enseño y la inauguro.
-Genial, ya tenía ganas de una fiesta-dijo Cristina contenta.
-Yo me apunto-se animó Alejandra mirándonos.
-Nosotras no faltaremos-añadió Clara riendo.
-¡GUAY!-exclamó la rubia-Por cierto, Lau, te han llamado por teléfono-alzó las cejas.
-¿Quién era?-pregunté extrañada cogiendo mi móvil de la mesita.
-Dani-canturreó risueña.
Me sonrojé mientras las otras tres me miraban sorprendidas y desbloqueé el móvil para leer los mensajes.
-¿Qué os traéis el rubio y tú?-me preguntó Cristina pícara.
-Nada, hace días que no hablamos, se me hace raro que me haya llamado-me encogí de hombros.
-Ya, ya-rió Clara-, pues eso es raro.
-Habrá estado ocupado con sus cosas, además, no soy el centro del mundo-me hundí en el sofá.
-Pero sí el de SU mundo-remarcó Isa divertida-.Iba a buscarte a la uni, a la tienda y un largo etcétera que no necesitas que te recuerde.
Abrí la boca para decir algo, pero Alejandra me interrumpió.
-Por favor, dejad que lea ya los mensajes que quiero saber si son del rubio y qué le dice.
Las chicas rieron mientras yo la fulminaba con la mirada y volví a desbloquear el móvil para leer los mensajes que tenía, todos de Dani.
Dani:
Hola, guapa :)
No me cogías el teléfono, así que te hablo por aquí y tú ya me respondes cuando puedas
¿Haces algo esta noche? Sé que mañana es el cumpleaños de Isa, pero me apetece que quedemos a solas, ¿te importa?
Bueno, cuando puedas hablamos. Un besito
Me quedé un poco helada, Dios, ¿quedar esa noche con Dani?
-¿Y?-preguntaron todas a la vez mirándome muy curiosas.
-Os lo cuento si me ayudáis-les advertí.
-Cuenta con eso-dijo Isa.
-Dani quiere que quedemos esta noche-dije rápida y atropelladamente.
-¡Me ha hecho caso y se va a lanzar!-exclamó Isa en un gritito emocionado.
-¿Cómo?-las cuatro la miramos con los ojos como platos.
-Quizás me haya pedido consejo y yo le haya ayudado-explicó un poco cohibida-.Pero lo importante no es eso, es que os gustáis.
-Puede que a mí no solo me guste...-volví a hundirme en el sofá.
-¿Quieres decir que te estás enamorando de él?-me preguntó Clara muy sorprendida.
-Creo que sí-me mordí el labio inferior.
-Aww-Cris me abrazó efusivamente poniendo ojitos-.Tienes que enseñarme tu armario, pienso escogerte la ropa para que le impresiones y caiga rendido a tus pies.
-Ven por aquí yo te lo enseño y te ayudo-Clara se levantó con ella y fueron hacia mi habitación.
-¿No piensas responderle al pobre chico?-Ale me miró divertida.
-Eh... Esto... S-sí, claro-balbuceé.
Volví a desbloquear el móvil y escribí un mensaje para Dani:
Laura:
Hola :)
Siento no haberte cogido el teléfono ni respondido antes, estaba en la ducha n.n'
La verdad es que esta noche no hago nada y no me importa que quedemos.
¿A qué hora y dónde? Besitos
-Listo, ya le he respondido-les dije a Isa y Ale que eran las que se habían quedado conmigo en el salón.
-Ahora a esperar su respuesta-me sonrió Isa pícara.
Mi móvil comenzó a sonar haciendo que me sobresaltara y las chicas rieran por lo bajo. Lo desbloqueé y leí el mensaje.
Dani: Paso a por ti a las ocho :)
Laura: Hasta entonces :*
Levanté la vista y me encontré con las miradas de mis dos curiosas amigas.
-Me recoge a las ocho-respondí mordiéndome las uñas.
-¡No hay tiempo que perder!-exclamó Ale cogiéndome de la mano y tirando de mí en dirección a mi habitación con Isa detrás dando saltitos emocionada.
Al entrar en mi dormitorio, me encontré a Clara y Cristina con dos conjuntos en la cama estirados y rebuscando en el armario.
-Hey, ya tenemos la hora de la cita-les llamó la atención Alejandra.
-¿Por qué piensas que es una cita?-la miré con el ceño fruncido.
-Porque lo es-dijo Isa obvia.
-Un chico y una chica que se gustan quedan para dar una vuelta a solas, blanco y en botella, leche-Cris se encogió de hombros y me hizo mirar hacia la cama-.No me puedo creer que tengas eso sin estrenar aún, así que te los he puesto para que escojas uno para hoy y otro para mañana, sí, me he tomado toda la libertad para escogerte la ropa también para mañana. Espero que no te haya molestado.
-Para nada, gracias -le sonreí y ella me abrazó feliz.
-Ahora siéntate que vamos a peinarte y maquillarte-dijo Clara.
-Madre mía-susurré dejándome caer en la silla de mi escritorio.
En una hora ya estaba peinada y maquillada y, en media hora más, totalmente lista para esperar a que viniera por mí. Me miré en el espejo de mi armario y sonreí, las chicas habían hecho un buen trabajo y me gustaba como iba, con una falda larga negra con un cinturón en marrón, una camiseta básica coral, una cazadora marrón a juego con el cinturón y mis cuñas y el pelo recogido en una trenza de espiga.
Fui al salón terminando de guardar las cosas en mi bolso, las chicas estaban sentadas en los sofás hablando entre ellas sobre el día siguiente.
-Estás genial, seguro que Dani cae rendido a tus pies-me sonrió Alejandra.
-Estoy un poco nerviosa-confesé mordiéndome el labio.
-Tranquila, todo va a salir bien-Isa me abrazó y logró tranquilizarme un poco.
El interfono sonó y abrí los ojos de forma excesiva, inspiré hondo y fui a descolgar, pero Clara se me adelantó.
-¿Sí?-hacía como si no supiera que él vendría a buscarme-Ah, sí, aquí está, ahora baja. Hasta luego.
Colgó y me miró con una sonrisa inocente antes de darme un beso en la mejilla. Cristina entró del balcón y me miró con los ojos centelleantes.
-Vais conjuntados y sin haberlo pensado, ¡qué monos!-exclamó y yo la miré extrañada.
Negando con la cabeza divertida, me despedí de mis amigas y bajé en el ascensor hasta la puerta, donde Dani me esperaba apoyado al lado del portal mirando su móvil. Al abrir la puerta, él se giró hacia mí y me sonrió abiertamente haciendo que me sonrojara levemente. Iba vestido con un pantalón negro, una camisa blanca y una cazadora marrón, Cris tenía razón, íbamos conjuntados, aunque solo un poco.
-Estás preciosa-me halagó mientras me daba un beso en la mejilla.
-Gracias-le sonreí tímidamente-.Tú también estás muy guapo.
-Debía estar a la altura-me guiñó un ojo.
Nos montamos en el coche y estuvimos dando una vuelta hasta que encontró aparcamiento y nos bajamos para seguir con el paseo andando.
-Venga ya, no te lo creo-reí mirándolo burlonamente-.Hay luna llena.
Me paré en seco y me asomé para poder ver la luna tan grande que nos ofrecía aquella noche.
-¿Te gusta la luna?-preguntó quedándose a mi lado.
-Me encanta, no sé, pero desde pequeña siempre tengo la necesidad, por llamarlo de alguna manera, de observarla, sobre todo cuando está llena-expliqué mirándole-.Perdona que te aburra con mis cosas.
-No me aburres, me gusta que compartas tus cosas conmigo-me sonrió-.Quizás sea porque tengas parte de mujer lobo.
-Entonces debes tener cuidado conmigo-bromeé.
-Lo tendré-asintió seguro y después rió-.Ven, ahí delante hay un restaurante muy bueno.
Me extendió su mano y yo la acepté sin dudar, así fue como anduvimos hasta aquel restaurante que él había dicho y estaba cerrado.
-Hay otro que también está muy bien pero está más apartado-puso una mueca.
-No me importa-le sonreí.
Me devolvió la sonrisa y nos volvimos hasta el coche. Dani condujo hasta ese otro restaurante que quedaba casi al otro lado de la ciudad y estaba hasta los topes y ni hablar del aparcamiento que era nulo. Al rubio casi se le salen los ojos de las órbitas y dejó caer la cabeza sobre el volante, me mordí el labio mirándome, el pobre quería quedar bien y parecía que no le estaban saliendo las cosas como él quería...
-Podemos intentar en otro que haya por aquí o algo-animé.
Asintió y siguió circulando durante un rato hasta que vi un McDonald de esos 24 horas.
-Ahí hay un McDonald-señalé con la mano.
-¿Te gusta el McDonald?-me miró.
-No sé por quién me tomas, claro que me gusta-reí.
-Pues entonces vayamos-giró y entramos-.¿Te importa si pedimos para llevar?
-No-le sonreí.
Asintió e hizo cola detrás de algunos coches, veinte minutos después, Dani conducía hacia una pequeña plaza, donde consiguió aparcar, nos bajamos y nos sentamos en un banco a comer entre risas y preguntas para llegar a conocernos más el uno al otro. Cuando acabamos, tiramos todo, dimos una pequeña vuelta por allí y nos volvimos hasta mi piso.
Nos bajamos y me acompañó hasta el portal.
-Gracias por esta noche, me lo he pasado genial-me giré para quedar frente a él y le sonreí.
-Yo también me lo he pasado genial, gracias por aceptar salir conmigo-me devolvió la sonrisa.
Le di un beso en la mejilla y me volví para entrar, pero él tenía otros planes ya que, tirando de mi brazo, me giró de nuevo hacia él y me besó. Como acto reflejo, llevé mi mano libre a su nuca y le devolví el beso. Nos separamos un par de minutos después y nos miramos fijamente a los ojos...
-Buenas noches-me susurró y me soltó despacio para dejarme entrar.
Entré diciéndole adiós con la mano, había perdido mi voz, al subir a mi apartamento, me encontré con todo apagado, así que intenté hacer el menor ruido posible, pero al cerrar la puerta, se encendió una de las lámparas pequeñas dejándome ver a las chicas sentadas en los sofás y mirándome expectantes.
-Me ha besado-murmuré dejándome caer entre Clara e Isa.
Todas soltaron grititos y empezaron a hacerme preguntas que yo contestaba con una sonrisa pegada en la cara.

lunes, 14 de julio de 2014

Capítulo 12: El uno para el otro.

*Blas*
Viernes, ya era ese viernes justo antes de la fiesta, Isa y yo estábamos en mi apartamento, acurrucados en el sofá comiendo palomitas y viendo una película. Aún nadie lo sabía, ella fue la que le pidió discreción hasta que encontrásemos la forma más adecuada de decírselo a Carlos. Aunque los chicos ya se olían y las chicas, decían que se nos veía diferente, más felices.
-Vale, ese seguro que acaba con la morena- dije mientras cogía otro puñado de palomitas y me llenaba la boca.
-¿Por qué crees eso?- preguntó girando la cabeza para poder tener mejor vista de mi.
-Sólo hay que ver como se miran, ahí hay algo, él está coladito por ella.
-No, yo creo que ella va a acabar muriendo.
Entonces la miré con los ojos muy abiertos.
-¿Por qué crees eso?
-Es una película con un título y una música triste, además de que tiene un triángulo amoroso.
-¿Así resuelves tu los problemas?. Hala, quitamos a uno de en medio y a seguir la vida.
Yo solté una carcajada y a los pocos segundos ella me siguió.
-¿Cómo se lo vamos a decir a tu hermano?- solté de golpe y se hizo el silencio un momento.
-No lo se... Es complicado, y no creo que se lo valla a tomar muy bien.
-Eso me temo...
Isa y yo decidimos que lo mejor sería decírselo en la fiesta del sábado, ya era hora de hacerlo público entre nosotros, no me gustaba la idea de estar a ''escondidas'' y de que viniese a casa con la escusa de que iba a ver a Cris, Carlos podría hablar con ella.
-Decidido, mañana- suspiré- se lo diremos.
-Tranquilo, no creo que se lo tome tan mal.
La tarde pasó y Carlos le envió un whatsApp en el que le  preguntaba a Isa si tenía idea de la hora que era y de que si tenía pensamientos de volver a casa esta noche. Entonces la miré pícaramente.
-Bueno, si quieres quedarte- dije mientras la abrazaba.
-No creo que sea buena idea, aunque me tienta la idea.- Dijo mientras alzaba una ceja de forma pícara.
Solté una pequeña carcajada y la besé, cada vez que la besaba notaba una sensación de millones de mariposas en mi interior revoloteando, pueden llamarme cursi, pero es lo que se siente cuando te enamoras.
Llevé a Isa en coche hasta la puerta de casa y cuando me aseguré de que había entrado me dispuse a marcharme cuando alguien se montó a mi lado.
-Hola, Blas- me saludó.
-¿Qué haces aquí tan tarde?- le pregunté nervioso.
-Podría preguntarte lo mismo, pero ya se la respuesta así que...
-Dani...- suspiré mientras arrancaba el coche.
-Estaba dando una vuelta.
-¿Dando una vuelta? ¿a esta hora?
-Vale, estaba en la salida de la universidad de Laura, estaba esperando a que saliese.
-Y tú dices que no estás enamorado...
-Pues igual que tú, sin embargo Isa acaba de bajar de tu coche.
-Bueno, creo que necesito decírselo a alguien....
-¿Decirme el qué?
-Isa y yo estamos saliendo juntos, mañana lo vamos a hacer oficial ante Carlos.
-Suerte.- Me puso la mano en el hombro y me dio una palmada.- Y enhorabuena.
-Gracias.
-Ya era hora.
Dani comenzó a bromear hasta que le dejé en casa y yo llegué a la mía. Me duché y me acosté a dormir, estaba agotado. El día siguiente pasó algo rápido hasta la hora de ir a la fiesta, me arreglé y miré el whatsApp, que no dejaba de sonar por un grupo que tenía con los chicos.
Álvaro: Tios, sois unos tardones, TODOS -.-''
Dani: Joer, ya solo me queda la ropa. 
David: Pues ya la hemos hecho buena, Dani para vestirse se tira horas! >.<
Dani: Ja ja ja -.-''
Blas: Yo ya voy a llegar.
Carlos: Isa y yo estamos en la puerta y no te vemos.
Entonces Isa me envió un whatsApp por separado.
Isa: Eso es lo que le digo yo a mis amigas cuando aún estoy saliendo de casa...
Blas: Me conoces demasiado y no llevamos ni un mes :O
Isa: Los años son los años ;)

Blas: jajaja 
Dejé el móvil y me monté en el coche, conduje lo más rápido que pude por las calles de Madrid, que un sábado no es sencillo. Logré aparcar, lo que me pareció milagroso y caminé por la calle.
Llegué al fin a donde sería la fiesta y me encontré a Isa, apoyada en la pared con el móvil en la mano, estaba preciosa, llevaba un vestido que le cubría por debajo de los muslos, era de color blanco con un cinturón alto de color negro, llevaba unos tacones altos, muy altos, de color negro, llevaba los ojos pintados de una forma que le resaltaba el color del iris y el pelo lo llevaba totalmente liso, mi chica era preciosa, nadie podía negarme eso.
Me acerqué a ella y le tapé los ojos, lo que hizo que se sobresaltase, y después que sonriese.
-¿Blas?
-¿Quién es Blas?
-El chico del que estoy enamorada.
-Pues es un chico con mucha suerte.- Dije y le quité las manos de los ojos para poder besarla.
Pero nos soltamos deprisa porque oímos a Carlos a pocos pasos de nosotros, y queríamos hacerlo bien.
Cris estaba también con ellos, era una chica muy guapa, llevaba el pelo recogido, un vestido de color verde más o menos del mismo tamaño que el de Isa, pero muy pegado y unos tacones altos de color plata.
-Hola.- Me saludó dándome dos besos.
El resto de los chicos llegó y nos saludamos unos a otros, después pasamos a la fiesta, donde, una sorpresa nos alegró la noche.
-¿Te molestaría si me acercase a bailar con ella un momento?
-Para nada, pero prométeme que después bailarás conmigo.- Me dijo Isa y yo le hice un signo con las manos.
Los chicos no se habían dado cuenta, menos Carlos, así que tan sólo nosotros dos nos acercamos.
-Hola preciosa, no sabía que te encontraría en un lugar como este.- Le dije de una forma un tanto ligona y ella se giró hacia mí.  Al vernos sonrió.
-Pues lo mismo que tú, supongo.
-Bueno, me parece que tu amiga y tu estáis muy solas, y eso no me gusta, las chicas bonitas no deben estarlo- dijo Carlos.
-Bueno, es que hace mucho que las chicas bonitas podemos arreglarnoslas solas.- Dijo Clara y Carlos y yo sonreímos.
-¿Bailarías conmigo?- le dije a Laura.
-Por supuesto.- Me dijo.
Entonces Carlos sacó a Clara y por raro que parezca, Dani a Isa, en medio de la pista nos vieron y Dani abrió mucho la boca, Isa soltó una pequeña carcajada y se acercó a darle un beso en la mejilla a cada una.
-Hola.- Se saludaron.
Bailamos un poco más y una canción lenta empezó, bueno, más bien el repertorio de canciones lentas.
-Si no te importa le prometí a alguien muy especial que bailaría con ella.
Laura sonrió y asintió.
Me acerqué a Isa y le coloqué las manos en la cintura, me pegué un poco a ella y sonrió tímida, muy pocas veces sonreía de esa forma, y la verdad, me gusta que lo haga.
Sentí unas cuantas miradas sobre nosotros, pero preferí ignorarlas, no quería que nadie estropease este momento tan bello que estábamos pasando Isa y yo.
Coloqué mi cabeza sobre su cabello  y cerré los ojos intentando guardar este momento para siempre.
Isa y yo dábamos vueltas por la pista, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, parecía que hubiesen sido creados para esto, para permanecer unidos siempre. Isa separó un poco la cabeza y me miró a los ojos, después pegó sus labios a los míos de una forma tan dulce que jamás me hubiese imaginado que existiera. Este momento no podía estropearse con nada, no, no podía.
Nos separamos un momento y sonreí.
-Creo, que te quiero.-Le susurré sobre los labios y sonrió.
-Creo que yo también te quiero.- Dijo sonriendo de su misma forma.
La canción acabó, nosotros nos separamos y miramos a nuestro alrededor, los chicos aplaudían y Carlos permanecía muy serio, nos miraba con los ojos muy abiertos, y no hacía ningún movimiento.
-Carlos, yo...- Comenzó Isa,  hice un gesto, quería ser yo el que hablara con mi amigo.
-Se que puede resultarte extraño, y te pido perdón por enamorarme de tu hermana,- suspiré, tragué saliva y continué hablando- se que no está bien que uno de tus mejores amigos salga con tu hermana pequeña, pero no puedo evitarlo,- me agarró de la mano y fijó sus ojos en mi- cuando miro a Isa, no puedo evitar sonreír como un tonto enamorado, que es lo que soy, te prometo que intenté alejarme de ella, lo intenté con todas mis fuerzas, pero solo logré enamorarme aún más y hacerle mucho daño, a los dos nos hice daño, se que tendrás ganas de pegarme en la cara, y si eso te hace sentir mejor, dejaré que lo hagas, pero no pienso olvidarme de tu hermana, la quiero, ahora lo se, es más, creo que hace mucho que lo sabía y me daba miedo decirlo en voz alta, así que espero que entiendas que contra el amor, nada se puede hacer.
Carlos permaneció un momento muy largo en silencio, todos esperábamos expectantes lo que fuera a decir, y entonces, endulzó el rostro, cerró los ojos y los volvió a abrir, sonrió ampliamente y nos abrazó.
-Mi hermana y uno de mis mejores amigos, eso no se ve todos los días.- Dijo divertido.- Sabía que estaba pasando algo entre vosotros dos, pero no me habría imaginado nunca que fuese esto.- El tono de Carlos parecía feliz, pero yo notaba algo amargo en todo esto, por mucho que dijese que estaba bien, no lo estaba, esto no le hacía mucha gracia y tardaría mucho en darse cuenta de que lo único que quería era hacer feliz a su hermana.
Los demás nos pasaron a Isa y a mí uno de los brazos sobre los hombros y comenzaron a decir cosas del tipo ya era hora, o se veía venir.
Acerqué a Isa a mí y la besé, deseaba besarla una y otra vez hasta que nuestros labios se desgastasen, pero recordé que no estábamos solos y debíamos guardar un poco las distancias, por Carlos.

Los días comenzaron a pasar, y aunque me estuviese costando la vida, apenas vi a Isa en cuatro días. Las cosas al final no habían salido tan bien con Carlos, durante los ensayos no me miraba casi nunca y cuando lo hacía era más bien con odio, no se llevaba a Isa y yo no quería montar una pelea yendo a su casa a verla. Pero me hacía falta, y de una forma casi sobrehumana.
-¡Noche de cine!- gritó Álvaro mirándonos a todos en el ensayo.
-¡En casa de David!- dijo Dani en el mismo tono, yo lo había olvidado por completo, estaba tan centrado en volver a ver a Isa que no prestaba atención al resto de cosas que sucedían a mi alrededor.
-Hace mucho que no quedamos en casa de Carlos, se está escaqueando de lo lindo.- Dijo David.
-Sí, es que ahora estoy arreglándolo todo un poco, por eso de que Isa se ha marchado.
-¿Qué?- dije casi en un susurro, no me había dicho nada, ¿a donde se había ido?, ¿cuando? ¿por qué?.
-Sí, se ha mudado a su propio piso, lleva días ilusionada con eso, además, encontró trabajo en una cafetería y desde entonces está con la idea en la cabeza de vivir sola.- Dijo Carlos, sin mirarme.
-Bueno pues os quiero allí a las ocho.- Dijo David antes de salir por la puerta.- Ni un minuto más ni uno menos.
-¡Sí!- gritamos todos a la vez.
Llegué a casa y me senté en el sofá, era un sofá bastante grande para una sola persona, estaba pensado para familias, pero, por ahora no he formado aún la mía, ¿o sí?.  Los chicos son mi familia, sin lugar a dudas, pero, ¿podría Isa llegar a formar parte de esa familia?. Sí.
Deprisa cogí mi móvil cuando comenzó a pitar, eran las ocho menos veinte, la casa de David estaba a unos cinco minutos en coche, diez andando, decidí ir andando, abrí el WhatsApp y se me iluminó la mirada al ver que era Isa.
Isa: Hola!! hace días que no te veo y te hecho de menos :(
Blas: Yo también te hecho mucho de menos, pero con eso de que Carlos se lo ha tomado medio mal.... 
Isa: umm, crees que puedes pasarte ahora a esta dirección?
Isa me mandó una dirección, no había estado ahí en mi vida, pero por estar un rato con ella me arriesgaría.
Blas: Por supuesto!
Salí de mi casa y anduve unas cuatro manzanas a la derecha, hasta que di con la dirección que me había dicho Isa por watsApp. La llamé por teléfono y a los pocos minutos bajó hasta donde yo estaba, me dio la mano y caminamos unos segundos hasta la entrada de un edificio.
-Quiero enseñarte algo.- Dijo sonriendo, tenía los ojos brillantes de la emoción.
Subimos en el ascensor hasta el décimo piso, el ascensor se abrió y salimos, estábamos en el ático de aquel edificio. 
Isa sacó una llave y la introdujo en la cerradura, pasamos y me quedé con la boca abierta.
Era un apartamento de dos pisos, con salón-comedor, cocina abierta, un pequeño patio, dos baños, un despacho y una habitación en el segundo piso.
-¡Wow!- exclamé.
-¿Te gusta?- me preguntó.
-Me encanta, es genial.- Dije.
-Me he mudado hace dos días, es que ahora tengo trabajo y no me gusta depender de mi hermano, ¿sabes?, no se, sobretodo ahora que se ha vuelto todo tan incómodo, se que no durará pero, prefiero vivir sola y poder salir y entrar de casa sin que nadie me pregunte que hago o a donde voy.
Isa iba a comenzar a ir a la universidad, y eso también lo añadió a la lista, poder quedarse estudiando sin molestar hasta las tantas. La entendía.
Isa me pasó las manos por el cuello y me besó de nuevo, puse mis manos en su cintura, la alcé en el aire y ella enganchó sus piernas alrededor de mi cintura, la echaba de menos, y ella a mí también, llevábamos poco juntos y no quería estropearlo con lo que seguro, estábamos a punto de hacer.
Caminamos hasta el sofá de tela negra y me caí sobre ella, los dos soltamos una pequeña carcajada que se acabó pronto ahogándose en un beso, besé el cuello de Isa, lo que la hizo suspirar pero no porque le molestase, era un tipo de suspiro diferente. Me miró a los ojos y sonrió, después me besó de nuevo y acarició mi espalda con suavidad bajó las manos y tiró de mi camiseta hacia arriba hasta quitármela del todo, miró un momento mi cuerpo y se mordió el labio, le puse el dedo sobre la boca para que dejase de hacerlo y la besé otra vez. 
-No creo que esto sea buena idea...- Susurré sin ganas, no quería parar, pero debía.
-¿Qué?, ¿por qué?- dijo y dejó de besarme para mirarme con los ojos muy abiertos y una de las cejas elevadas.
Permanecí en silencio demasiado, ella comenzó a sacar conclusiones.
-Es por Carlos, ¿no?- preguntó con el ceño fruncido.- ¿o porque me ves demasiado pequeña?.- Volvió a morderse el labio.
-No es por ninguna de esas razones, te lo aseguro.- Respondí deprisa.
-¿Entonces?.
-No quiero estropearlo todo, no quiero que te veas obligada a hacer esto conmigo solo porque creas que es lo correcto.
Isa miró hacia otro lado y después clavó sus ojos sobre los míos.
-No lo hago porque crea que es lo correcto, lo hago porque es lo que quiero, ¿y qué se estropearía?.
-Es que, quizá si vamos tan deprisa, después te canses de mí.- Me arrepentí de decir eso, no sabía como le iba a sentar, pero si me lo dijesen a mí, se que me habría sentado mal.
-No me cansaría de ti, nunca, ¿me oyes?, así que no tengas miedo, ya te dije que te quería, y te aseguro que eso no va a cambiar por ir o no ir deprisa.- La miré a los ojos, eran dulces, muy dulces.- Sácate esa idea de la cabeza, Blas, te quiero, y quiero hacer esto, te prometo que nada va a cambiar.
La besé otra vez, me quería tanto como yo a ella, ahora más que nunca sabía que no la iba a dejar escapar.
Mi teléfono comenzó a sonar, alargué la mano hasta mi bolsillo y lo saqué, era Dani, y miré la hora, eran más de las ocho y media...
-¿Donde coño te has metido?- me gritó haciéndome apartar la oreja del móvil.- Llevamos media hora esperándote...
-Lo se, lo siento, pero.... Ahora.
Isa me quitó el teléfono de la mano y se lo puso sobre la oreja.
-Le han surgido unos asuntos, cúbrele por favor.
Y sin decir nada más colgó.
-Sabes que lo contará ¿no?- le dije, ella asintió- y sabes que tu hermano se cabreará aún más, ¿verdad?.
-No me importa.
Pegó sus labios a los míos y me acarició suavemente la piel, pasé mis manos por su cintura y le quité la camiseta, me levanté un poco para poder desnudarnos del todo y la contemplé, era preciosa, y era mía. Isa se sonrojó un poco avergonzada.
-Eres preciosa.- Le susurré antes de volver a besarla.- Te quiero.
-Te quiero.- Repitió ella.
Y nos volvimos uno, era mía, y yo era suyo, y eso no dejaríamos de ser el uno del otro, nunca porque la amaba. Éramos el uno para el otro, por siempre.










viernes, 10 de enero de 2014

Capítulo 11: Mi mejor decisión

*Dani*
Magí nos comentó que nos habían invitado a una fiesta benéfica que se celebraría ese mismo fin de semana, así que estábamos hasta arriba ensayando para los próximos conciertos y viendo qué cantaríamos en aquella fiesta.
-Isa, ¿vendrás?-le preguntó Magí.
-Si puedo, claro-le sonrió.
-Sí, los artistas pueden llevar invitados-le contestó.
-Entonces cuenta con ella-dijo Carlos.
-¿Puedo llevar a una amiga?-preguntó.
-No creo que haya problema si va también con los chicos-nuestro mánager se encogió de hombros.
-Por mí no hay problema-dijo Carlos mirándonos y nosotros asentimos de acuerdo.
Magí salió del estudio hablando por teléfono y yo miré a la hermana de mi amigo.
-¿Te referías a Laura?-le pregunté.
-No, se llama Cristina-respondió con media sonrisa.
-¿Por qué no la invitas tú y le dices que si puede venir su amiga?-me propuso Carlos.
-¿Clara?-lo miró Isa pícara.
-Sí, como quedaste el otro día con ellas...-desvió la mirada.
Todos reímos y yo decidí hacerle una visita a Laura por la tienda, así que le pedí a Isa la dirección. Me la dio sin dudar y me fui, ya que el ensayo continuaría por la tarde.
Entré a la tienda y la vi atendiendo a un par de chicas. Me puse a mirar por las estanterías algunos CDs para intentar pasar de inadvertido, pero no funcionó.
-Los de Auryn están justo detrás-dijo una voz divertida a mi espalda.
-Escucho ya bastante a Auryn todos los días-dije de igual forma girándome hacia ella.
-Hola-me sonrió.
-Hola-no pude evitar que se me contagiara su sonrisa.
-¿Qué tal?-preguntó ordenando algunos discos en sus lugares correspondientes.
-Bien, en un rato libre que tengo-reí levemente-¿y tú?
-Bien, trabajando-se encogió de hombros.
-¿Te queda mucho para salir?-pregunté.
-Quince minutos-respondió mirando un gran reloj en la pared.
-¿Te puedo invitar a comer?-pregunté cortado rascándome la cabeza.
-Vale-asintió sonriendo.
-Genial-le devolví la sonrisa y monté una fiesta en mi interior-.Voy a mirar algunos CDs para no molestarte y que no te regañen.
Ella rió y me quedé a su lado mirando CDs.
-Laura ¿ya es...?-se quedó callada al verme.
Y yo helado al verla. Danae... ¿Trabajaba ella ahí con Laura?
-Dime-dijo mi amiga.
-No, nada-sonrió mirándome-.¿Qué tal, Dani?
-Bien, gracias-seguí con lo que estaba haciendo.
-¿Aún no me perdonas?-alzó una ceja.
-Paso de ti, que es mejor-respondí tratando de sonar indiferente.
-Sé que aun no me has superado-sonrió cínicamente.
La puerta se abrió y, por ella, entró un hombre de mediana edad.
-Buenas, chicas-dijo alegre.
-Hola-contestaron las dos casi al mismo tiempo.
Cogí un CD que me había interesado y me gustaba.
-Laura, ¿podrías cobrarme?-pregunté queriendo salir de allí rápidamente.
-Claro-respondió y fuimos hasta el mostrador.
Le pagué, le susurré que la esperaba fuera y salí de allí. Diez minutos después, salía Laura con cara extraña y un poco cabizbaja.
Fuimos hasta un bar cercano y nos sentamos en la primera mesa que vimos libre. Estuvimos mirando la carta en silencio, pero no pude evitar notar como Laura estaba seria y callada así que le pregunté en cuanto el camarero apuntó nuestros pedidos.
-Has salido de la tienda algo seria, ¿ha pasado algo?-pregunté buscando su mirada.
-Lo de siempre, mi jefe se va cuando ya estamos las dos dependientas y vuelve cuando toca cerrar para hacer las cuentas en la caja, mi compañera aprovecha eso para encerrarse en la parte de atrás de la tienda y sale justo a tiempo y siempre contesta a nuestro jefe diciendo que el día es tranquilo-soltó de golpe-.No me importa, que diga lo que quiera, pero estoy cansada, ella esta de doble turno y se los pasa sentada en una silla mientras que yo, después de salir de la tienda, tengo que ir a comer rápido para ir a la universidad y, precisamente hoy, ha sido un día demasiado ajetreado y lleno de clientes.
-¿No te ayuda?-pregunté asombrado.
-Para nada, es como si trabajara yo sola-bajó la mirada-.Pero no puedo hacer nada.
-Claro que sí, quéjate-le propuse-.Además, no creo que tu jefe no se haya dado cuenta al ver que la caja está más llena que si hubiese sido un dia tranquilo y casi sin clientes.
-¿Sí?-me miró curiosa.
-Dudo que sea tan tonto y he visto las cámaras que hay en la tienda-dejé caer.
-No había caído en eso...-dijo pensativa-.Una cosa, espero no ser entrometida, ¿conoces a mi compañera?
-Más de lo que me gustaría...-suspiré.
-¿Quieres contarme?-preguntó con media sonrisa-Puedes confiar en mí.
Esperé a que el camarero dejara nuestros platos sobre la mesa para comenzar a contarle mi penosa historia.
-Es mi ex novia-removí la comida con el tenedor-.La conozco desde hace bastante y me gustó desde un principio, yo a ella también, así que nos hicimos novios. Pero me engañó con otro, su actual novio, y se burla de mí porque piensa que aún no he superado lo ocurrido-apreté la mano izquierda en un puño.
-¿Lo has hecho?-puso su mano sobre la mía.
-No lo sé-abrí la mano y la dejé estirada debajo de la de ella.
-Piénsalo-me acarició la mano.
-¿Qué me aconsejarías?-la miré atento y atrapé su mano con la mía para no dejar de notar su calor.
-Primero que lo pienses, debes tenerlo claro para poder enfrentarla-respondió.
-¿Y luego?
-Seguir con tu vida haciendo a Danae a un lado-me miró a los ojos.
Le sonreí, tenía razón, si no hacía a la pelirroja a un lado quizá nunca pudiera querer a alguien como se merecía... Iba a meditarlo muy bien y luego pasaría a la acción.
Terminamos de comer y después la acompañé a su coche ya que se tenía que ir a la universidad, estaba en sus últimos días de clase, lo que quería decir verano en puerta.
Fui al estudio y seguimos con el ensayo que dejamos de lado por la mañana.
-Oye Dani-me llamó la atención Isa cuando estábamos recogiendo-.¿Le has dicho a Laura lo de la fiesta?
-Mierda-me di un golpe leve en la frente-, se me ha olvidado.
-¿No ibas a ir a verla a la tienda?-preguntó David curioso.
-Y he ido, pero me he olvidado completamente de comentarle lo de la fiesta-puse una mueca.
-¿Y eso?-preguntó Blas extrañado.
-Porque me he encontrado a Danae-resoplé-.Es la compañera de trabajo de Laura.
-¡¿Esa bruja es la floja que dice trabajar con Lau?!-exclamó Isa.
-Ajá-asentí.
-Cuéntanos qué ha pasado cuando la has visto-me dijo Álvaro.
-Nada, se ha burlado de mí, para variar, y me he dado cuenta de que es más falsa de lo que pensaba-suspiré.
-¿Qué vas a hacer?-Carlos me miró curioso pero serio.
-Dejarle las cosas claras de una vez por todas a esa arpía pelirroja-dije firme.
-Cuenta con nosotros-me dijo David.
Les sonreí y terminamos de recoger las cosas para poder irnos. Yo fui pensando y, al final, decidí ir a la tienda de música.
Había una cola de cinco personas, otras seis entre las estanterías y una sola dependienta que no era precisamente Danae. Negué con la cabeza y me giré para irme cuando me crucé con el dueño de la tienda.
-Hola-le saludé.
-Hola-me miró curioso-.¿Te vas?
-Sí, hay mucha gente y no tengo mucho tiempo, además, creo que la dependienta está demasiado agobiada ella sola-solté como quien no quiere la cosa.
-¿Sola?-miró al mostrador y se dirigió hacia él.
Sonreí y salí de la tienda, ahora iría a casa de Laura, esperaba que estuviera.
Al llegar, toqué el interfono.
-Hola-dijeron.
-Hola, ¿está Laura?-pregunté a esa voz que me sonaba un poco.
-No, aun no ha llegado, tenía examen así que volverá tarde-respondió-.¿Quieres subir o algo?
-No, dile que he venido a buscarla, pero que mañana pasaré por la tienda para hablar con ella-contesté-, soy Dani.
-Vale, yo se lo digo-sonó divertida.
-Adiós.
Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y me fui a mi casa.
Al día siguiente, antes de pasar por el estudio, pasé por la tienda, justo las pillaba a las dos. Sonreí y me acerqué al mostrador.
-Hola Laura-le sonreí.
-Buenos días-me devolvió la sonrisa mientras le daba dos besos.
-Hola-dijo Danae.
-Ayer fui a tu casa, pero no estabas-pasé de la pelirroja.
-Sí, me lo dijo Clara, ¿querías algo?-preguntó curiosa
-Saber si tienes algo que hacer el sábado-respondí-.Nos han invitado a una fiesta y quería saber si podrías venir.
-Lo siento, pero ya tengo planes-se disculpó con una mueca.
-No pasa nada, pero te invito otro día a comer-la señalé.
-Voy si me dejas pagar-me dijo.
-Me lo pensaré-reí-.Nos vemos.
Le di dos besos y me fui hacia la puerta, pero Danae me interceptó desde uno de los pasillos.
-No soy un cuadro de la pared para que pases de mí de esa manera-me fulminó con la mirada.
-Para mí, sí-le dije tranquilamente-.No eres nadie para mí, parece que la que no me ha superado aún eres tú.
Le sonreí cínicamente y me fui hacia el estudio más ligero, me había quitado un buen peso de encima.
Mi mejor decisión en los últimos días, darle puerta a esa odiosa.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 10: Mi oso de peluche.

*Isa*
Cuando salimos de casa de Laura, los chicos se despidieron y Carlos y yo nos fuimos a nuestra casa. Blas y yo no habíamos vuelto a hablar del tema, bueno y de nada, después de abrir la puerta Dani nos recubrió de nata y se fueron. Hoy en el ensayo tan sólo nos habíamos dirigido miradas y la verdad, eso no ayudaba. Estar enamorada de uno de los mejores amigos de tu hermano no es nada fácil.
-Enana, ¿en qué piensas?.- Me preguntó Carlos mientras conducía.
-Pues, en mi amiga.
-¿La del otro día o Cris?
-La del otro día...
-Dile a tu amiga que deberían lanzarse los dos.
-No es tan fácil, él no lo entiende, dice que su hermano se interpone y que es complicado.
-Es comprensible, es como lo que dijo Dani, si tú estuvieses con alguno de mis amigos al principio me sería raro, pero supongo que lo acabaría aceptando, eres mi hermana, te quiero y quiero lo mejor para ti.
Eso me hizo pensar, si esto lo hubiese escuchado Blas, quizá le ayudase a darse cuenta de que no hay por qué tener miedo.
-Mañana era cuando te llevaba al cine ¿verdad?
-¡Es verdad!
Mi hermano rió y los dos comenzamos a comentar las películas que podíamos ver al día siguiente, los dos teníamos los mismos gustos, así que no nos costó ponernos de acuerdo en cuál íbamos a ver.
El sonido de mi móvil me hizo abrir los ojos un poco por la mañana, pero entonces vi a mi hermano entrando a mi habitación, por lo qué volví a cerrarlos y esperé a ver que hacía.
Se puso frente a mí y me dio un beso en la mejilla.
-Venga peque, o no llegaremos al cine.
-Voy.- Dije sonriendo.
Me levanté y mientras me duchaba mi hermano estaba preparando el desayuno, después de desayunar nos marchamos al cine.
Disfrutamos de gran parte de la película porque el otro resto estuvimos lanzándonos palomitas y riéndonos el uno del otro.  Una chica que teníamos al lado no paraba de mandarnos callar hasta que se dio cuenta de quien era mi hermano por la voz. Entonces ya no nos mandó callar más. Al salir Carlos y yo nos hicimos una foto.
Al rato nos marchamos a comer juntos, comimos pizza, después de eso Carlos recibió un mensaje de los chicos, le necesitaban para no se que cosa y entonces le pedí que me llevase a la tienda en la que trabajaba Laura, hoy le había tocado trabajar todo el día,  pobre.
Carlos me dejó allí y me dijo que saludase a Laura de su parte, después yo entré en la tienda y me acerqué al mostrador.
-Hola, estoy buscando una cosilla, espero que pueda ayudarme.- Puse una voz distita.
-¿Qué estás...? ¿Isa?
-Pues busco a mi hermana.- Sonreí y ella me abrazó.
-¿Qué haces aquí?
-¿Creías que iba a dejarte sola en esta tienda todo el día?
Comenzamos a hablar y entonces me llegó una mención de twitter. Mi hermano había subido la foto y había puesto Un día perfecto con mi enana. Le di a retwitear y después me giré a Laura.
-Perdona es que mi hermano ha subido una foto a Twitter.
-No pasa nada.
-¿Puedo contarte un secreto?.- Pensé que ella podría ayudarme con el caso Blas.
-Claro, dime lo que quieras, puedes confiar en mí.
La abracé, me había portado fatal cuando la conocí y por mucho que le pidiese disculpas todos los días de mi vida no sería suficiente.
-Verás...- Le conté todo, ella me miraba comprensiva y entonces me acarició el hombro.
-Yo creo que debes darle tiempo para que se de cuenta, si le gustas de verdad olvidará el detalle de que Carlos es tu hermano y estará contigo.
-Pero no lo hace, simplemente me dice que quedemos como amigos porque es complicado, por mi hermano, o por cualquier cosa que se le ocurra.
-Isa, debes ponerte en su lugar, no es fácil estar con la hermana de uno de tus mejores amigos.
-Lo se.- Dije antes de agachar la cabeza y sentirme fatal por no dejarle tranquilo. Laura tenía razón, debía dejar que él se diese cuenta o de que me olvidase y así ver si le gustaba de verdad o no.
Cuando ya era algo tarde, Laura me llevó a casa, que aún estaba desierta y entonces me llegó un mensaje de Cris. Estaba en la puerta de casa, le abrí deprisa y la abracé.
-No puedo creerme que estés aquí.- Me dijo riendo.
-Ni yo, por cierto, esta es mi hermana, Laura, Laura esta es mi amiga Cristina.
Ambas se dieron dos besos y entonces Laura se despidió, decía que estaba muy cansada. Cris y yo nos quedamos hablando un raro hasta que la llamaron y tuvo que irse.  Entonces la puerta de mi casa se abrió y los chicos entraron.
-Hola pequeñaja.- Me dijo David.
-Hola pastelito.- Le sonreí.
El resto me saludó, incluso Blas, pero se notaba la tensión en el ambiente, todos lo notaron,, bueno, todos menos mi hermano que estaba a lo suyo con el whatsApp.
Se sentaron a mi alrededor y pusieron una peli de miedo, Blas estaba a mi lado y al otro lado tenía a Dani, en el sillón apartado estaba Carlos y en el otro sofá Álvaro con David.
En uno de los sobresaltos me abracé a Dani y Blas nos miró mal. ¿Estaba celoso?
-Perdona.- Le dije a Dani avergonzada.
-No pasa nada rubita, como si quieres que sea tu oso de peluche.
-Te pega porque eres adorable.- Reímos levemente.
-¿De verdad piensas que soy adorable?- preguntó mirándome curioso.- Todos dicen que soy un bicho.
-Es verdad que eres un poco terremoto, pero cuando te calmas eres muy dulce.- Dije sonriendo.
-Gracias rubita.- Me sonrió.
-Para eso estamos.- Le guiñé un ojo.
Blas carraspeó a nuestro lado y se removió.
-Blas, ¿estás bien?.- Le preguntó Álvaro.
-Perfectamente.
-A ver si te estás resfriando.- Le dijo mi hermano.
-No creo que haya tosido por eso.- Dijo David y Blas se levantó y se fue a la cocina a por agua.
Los demás seguimos viendo la peli, bueno yo más bien me tapé con el brazo de Dani y este reía de mí. 
A las doce más o menos acabó la película y los chicos decidieron marcharse, todos me dieron un beso, todos menos Blas que no había parado de moverse desde que me abracé a mi amigo.
Carlos y yo nos despedimos y salí disparada a la ducha.
-¡Oye enana!.- Me gritó.- Eso no vale...
Vi como ponía un puchero antes de cerrar la puerta del baño. Al salir Carlos entró y mi móvil comenzó a sonar.
Lo miré y vi que tenía más de una docena de mensajes nuevos, de Laura, de Cris, incluso de Clara.
Laura me decía que se había encontrado con Blas y que lo había notado bastante malhumorado, Clara me decía de quedar mañana con ella y Laura en su casa, y Cris de quedar mañana, entonces se me ocurrió hacer un grupo de whatsApp con nosotras.
Isa: Presentaciones, Clara esta es Cris y Cris esta es Clara, he hecho el grupo para saber que hacer mañana porque Cris, Clara, Laura y yo quedamos en vernos un día.
Clara: Un placer conocerte y ... ¿y si quedamos las cuatro?
Laura: Me parece una buena idea, mientras más mejor.
Cris: Me gusta la idea, además así puedo conocer a la hermana de Isa y a su amiga :P
Isa: Sii bueno chicas nos vemos mañana a las doce? y así comemos juntas?

Clara: Por mi bien.
Laura: Si.
Cris: Es buena idea.
Dejé el móvil y entonces sonó un whatsApp más, para mi sorpresa era de Blas.
Blas: ¿Mañana vas a ir al ensayo?
Isa: No creo, he quedado.
Blas: Ah... ¿con quién?
Isa: Unas amigas.
Blas: Es que... he estado pensando y tenemos que hablar, esto no puede seguir así.
Isa: Lo se, ¿qué tal amigos?
Blas no me contestó, por lo que me lo tomé como un sí, amigos. No me gustaba demasiado la idea, pero tampoco quería perderle, me gustaba demasiado.
Me acosté a dormir,  por la mañana me despedí de mi hermano y me fui a recoger a Cris para irnos a casa de Laura y Clara. En unos minutos ya estábamos allí.
-¿Que os parece si pedimos unas pizzas?.- Preguntó Clara y nosotras asentimos.
Comenzamos a hablar de todo un poco, de que nos conocíamos, de que conocía Cris a los chicos y de muchas cosas. Las chicas se llevaron muy bien y la verdad es que me encantaba la idea de tener tantas amigas tan increíbles como lo eran ellas. Pero ya era bastante tarde y debíamos irnos. Nos despedimos y quedamos en vernos otro día. En la calle llovía, pero Cris llevaba paraguas.
Al llegar a casa entré en mi habitación y me encontré un enorme oso de peluche.



Había una nota debajo del oso.
Perdóname, debí ver antes lo que eras para mí. Yo también quiero ser tu oso de peluche.
Me quedé muy sorprendida y abrí mucho los ojos y la boca. No podía ser de él, de verdad era de Blas... Miré por la ventana del edificio y le vi salir.
Sin pensarlo dos veces eché a correr por el pasillo y me choqué con Carlos, que me miraba sorprendido.
-¿A donde vas?.- Me preguntó.
-Ahora vuelvo.- Le contesté.
-Pero, está lloviendo a mares.
No me paré a contestarle, no podía permitir que Blas se marchase así de rápido.
Comencé a correr por la calle y le vi a lo lejos.
-¡Blas! ¡Blas!.- Le llamé varias veces, pero no se giraba, le agarré del hombro y entonces vi que no era él.- Perdone... Le he confundido...
El hombre se marchó caminando.
-Vas a ponerte mala como sigas dejando que la lluvia te empape.- Me giré, reconocería esa voz en cualquier sitio, me puse frente a él. Me miraba serio.- Isa yo...
-¿No querías ser solo mi amigo?
-No, eso era antes, antes de darme cuenta de lo que eres para mí, ayer quería decírtelo pero cuando fui a contestar el móvil se me quedó sin internet, no me funcionaba.- Me agarró de la cintura.- Estoy enamorado de ti, desde hace tanto que ni me acuerdo, soy idiota y he dejado que te escapes una y otra vez, te he rechazado y todo por miedo.
-Yo también lo soy, debí entenderte, no decirte todas esas cosas, lo siento.
-Quiero ser tu oso de peluche, quiero que sepas que eres especial para mí y que siento algo muy profundo. Estoy locamente enamorado de ti y si me dejas me gustaría demostrártelo.
-¿Cómo no iba a dejarte?
-¿Quieres que lo intentemos? Sin más miedos, sin más peleas y sin más distanciamientos, tu y yo juntos. ¿Qué me dices?
-Que estaría loca si dijese que no.
Blas me pegó a él y me besó lentamente mientras el agua caía a nuestro alrededor. Por fin había pasado, él y yo juntos.

martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 9: Día duro

*Laura*
-¿Trabajas o estudias, Laura?-me preguntó Álvaro curioso.
-Trabajo y estudio-respondí.
-¿Cómo te organizas?-preguntó Isa.
-Por las mañanas trabajo y por las tardes voy a las clases en la universidad-expliqué.
-¿No se te hace cuesta arriba en las jornadas de exámenes?-preguntó Carlos.
-Para nada, durante ese tiempo no trabajo, mi jefe es el padre de una compañera de clases y, cuando tengo la época de saturación por exámenes, me da vacaciones-me encogí de hombros.
-Vaya trabajo bueno-dijo Dani sorprendido.
-Sí, he tenido suerte-asentí sonriendo.
-¿Cuánto tiempo llevas?-preguntó Blas.
-Casi dos años, empecé al mismo tiempo que entré a la universidad-me quedé pensativa.
-¿Qué estás estudiando?-preguntó Isa.
-Periodismo-respondí y los miré-.Creo recordar que los famosos son los chicos-dije divertida.
-Me está viniendo un déjà vu...-dijo David.
-Auch, dame una patada si eso-se quejó Dani mirando mal a David.
-¿Era tu pierna? Lo siento, no lo sabía-dijo pillo.
-¡David!-volvió a quejarse, creo que por otra patada.
-Laura, ¿qué es lo que se...?-se quedó cortada y parada en la puerta de la cocina-¡Yo te mato!
-¡Creo recordar que fuiste tú quien los invitaste a desayunar!-le grité mientras corría hacia su habitación.
Todos rieron y, al cabo de un rato, apareció mi amiga muy sonrojada y ya vestida y peinada.
-Clara, quiero que sepas que me encanta tu pijama de pájaros-dijo David divertido.
-Gracias, a mí también me gusta-contestó ella.
-Anda, tonti-me levanté y me puse junto a ella-, no te piques porque tú los invitaste y ellos te han tomado la palabra al pie de la letra.
-Y tanto, pero podrías haberme avisado, ¿no?-me miró seria.
-Pero si han venido de improvisto y no me ha dado tiempo-señalé.
-Bueno, yo voy a seguir picada y ya me pensaré si te perdono-se sentó en mi silla.
-Vale, yo me voy ya que, si no me doy prisa, llego tarde-puse mi taza en el fregadero-.¡Clara, te toca fregar!-dije desde el baño.
-¡Tramposa!-me gritó de vuelta.
-El trato era el desayuno y la cama, no fregar los platos-le indiqué-.Te hago la cama y  me voy.
Y eso hice, estiré sus sábanas y la colcha, puse los cojines y salí pitando hacia el perchero de la entrada, cogí mi bolso y la chaqueta, grité un adiós y salí escaleras abajo. Tenía prisa, quedaba un cuarto de hora y yo tardaba algo más en llegar. Al estar ya en el rellano del edificio, el ascensor se abrió dejándome ver a los chicos e Isa.
-¿Ya os vais?-pregunté mirándoles extrañada.
-Sí, tenemos cosas que hacer y tampoco queremos entreteneros-respondió Blas.
-Ah-asentí mientras todos salíamos a la calle.
-¿Dónde trabajas?-preguntó David curioso.
-En una tienda de música del centro-respondí abriendo mi coche-.Os dejo porque ya es tarde, adiós.
-Adiós-dijeron casi a coro.
Conduje algo deprisa para no tardar demasiado y lo conseguí, solo llegué cinco minutos tarde. Entré rápidamente, saludé a mi jefe y a mi compañera y entré al almacén para ponerme el uniforme que consistía en una chaqueta roja con una plaquita en la que ponía mi nombre. Salí y me fui al mostrador, mi jefe nos dio algunas indicaciones y se fue dejándonos a las dos solas.
Mi compañera, Danae, era una chica uno o dos años mayor que yo, de mi estatura y pelirroja. Ella había entrado a la tienda hacía cosa de un mes o algo así. Parecía simpática, pero nunca habíamos hablado demasiado, era reservada y yo tímida con la gente nueva, así que ninguna sacaba temas de conversación. Por eso me sorprendió que me hablara aquel día.
-¿Por qué solo vienes a trabajar por las mañanas?-me miró curiosa.
-Porque por las tardes voy a la universidad-respondí educada.
-Mm...-dijo pensativa-¿Podrías cubrir mi turno de mañana por la tarde? Es que es mi aniversario con mi chico y, bueno, tú sabes-le restó importancia-.¿Podrías hacerme el favor?
Al día siguiente era sábado y no es que me hiciera mucha gracia trabajar un sábado por la tarde, pero bueno, podría hacerle el favor.
-Está bien-asentí con una pequeña sonrisa.
-En cuanto pueda te devuelvo el favor-sonrió y entró a la parte de atrás de la tienda.
Suspiré, parecía que no era capaz ni de dar las gracias, en fin. Me senté en un pequeño taburete y abrí una revista de las que teníamos por ahí, me aburría un poco y no tenía gran cosa que hacer. Mi móvil sonó, así que lo saqué del bolsillo de mi pantalón y lo miré.
Isa: Holaaa ¿puedes quedar mañana?
Lau: Imposible, trabajo todo el día :/
Isa: Jo, bueno, quedamos otro día :)
Lau: Claro, cuando me digas ^.^
Isa: ¿Qué me cuentas?
Lau: Nada interesante, en la tienda no entra nadie -.-' ¿Y tú?
Isa: En el estudio con los chicos, que están ensayando
Lau: Qué bien, me gustaría escucharles *.*
Isa: Pues escucha...
Me mandó una nota de voz en la que se escuchaba a los chicos cantar
Lau: Jo, suenan genial :D
Isa: La verdad es que sí jajaja
Lau: En estos momentos me das envidia :(
Isa: Jajaja ¡Anda ya!
Lau: Es verdad, me encantaría estar ahí escuchándoles y no aquí aburrida y con una compañera que se ha perdido en algún lugar de la parte de atrás de la tienda
Isa: Ala qué tía ¿y no te ayuda?
Lau: La verdad es que no, siempre hace lo mismo
Isa: Pues menuda fresca
Lau: Sí...
Isa: ¿Dónde queda la tienda?
Lau: En el centro, frente al Starbucks
Isa: Mm... Valee
Lau: ¿Para qué?
Isa: Puede que me pase en algún momento, créeme que no es divertido estar toodo el día sentada en un sillón
Lau: Al menos escuchas buena música
Isa: Jajaja Cómo se nota que eres fan de ellos
Lau: Sí :$ Jajaja
Dejé el móvil en cuanto vi entrar gente. Atendí a algunos, ayudé a otros y así estuve hasta la hora de cerrar, justo cuando entraba mi jefe y Danae salía del pequeño almacén.
-Hola, chicas-nos sonrió-.¿Cómo ha ido la mañana?
-Bien, bastante tranquila-se apresuró a contestar mi compañera.
-Bien, pues por hoy ya os podéis ir-entró al mostrador para mirar la caja.
-Hasta mañana-dejé la chaqueta, recogí mis cosas y me fui.
Subí a mi coche y me puse en marcha, tenía que hacer la comida, comer, limpiar lo ensuciado, cambiarme e irme a la universidad. Un día ajetreado.
Llegué a casa a más de las ocho, estaba reventada y sin ganas de nada, menudo viernes me había tocado pasar.
Clara no estaba en casa, por lo que fui directamente a la ducha, me puse mi pijama, mis pantuflas y me hice un moño despeinado con algunos mechones fuera y me tiré en el sofá a ver la tele. Después de dar dos vueltas completas por todos los canales, me di por vencida en encontrar algo que valiera la pena, así que fui a mi habitación a por una película que me había dejado Alejandra y no había visto, Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas. La puse en el DVD y me volví a tirar en el sofá.
Llevaba casi media hora de película cuando tocaron la puerta. Con un suspiro puse pausa, me levanté arrastrando los pies y abrí.
-¡Hola!-exclamaron.
-Vaya, parece que hoy es el día de los pijamas-rió David.
-Pasad, anda-les dejé paso-.Poneos cómodos, voy a ponerme algo decente.
Los dejé en el salón y entré a mi habitación, me puse unos leggins, una camiseta fina de manga larga y una chaqueta negra con capucha. Me hice una coleta y para los pies me dejé las pantuflas con los calcetines. Salí y los encontré a todos acomodados. Blas, Carlos e Isa estaban en el sofá, Álvaro y David en el sillón de dos plazas un poco apretados ya que era pequeño en realidad, y Dani en el sillón de una plaza, o sea, mi sillón.
-Hemos traído pizzas y palomitas-dijo Carlos.
-Muy amables-les sonreí.
-¿Clara no está?-preguntó Isa curiosa mientras yo iba a la cocina a por vasos y bebidas
-No, está en el cumpleaños de su madre, han hecho una reunión familiar, así que supongo que vendrá tarde o mañana-respondí-.Gracias-le dije a Blas que me había ayudado a llevar las cosas.
Ya con las pizzas abiertas sobre la mesa de centro y cada uno con una servilleta y un vaso con bebida, me dispuse a sentarme.
-¿Te importa hacerme un hueco?-le pregunté a Dani.
-No, claro-se hizo a un lado y pude sentarme junto a él sin problemas.
-Mira que eres difícil ¿eh?-rió Álvaro.
-Es mi sillón-me encogí de hombros cogiendo un trozo de pizza.
-Lo siento-se disculpó el rubio.
-No pasa nada, de todos modos no habríamos cabido bien-le resté importancia.
-¿Qué peli veías?-preguntó David señalando la tele.
-Hansel y Gretel-respondí.
-¿No eres un poco mayor para ver dibujos?-se burló Dani y yo le saqué la lengua-Yo ya la he visto, la bruja que les ayuda, Mina, se muere y Hans...-le metí un trozo de pizza en la boca.
-Comiendo no se habla y no me cuentes la peli que no la he visto-le advertí.
Alzó las manos y siguió comiendo mientras los demás reían. Terminamos de comer hablando de todo un poco entre risas y, al acabar, me ayudaron a recoger. Cuando todo estuvo en la cocina, volví al salón, me senté en el sillón pequeño con Dani y puse la película desde el principio.
Noté algo en mi hombro, abrí los ojos despacio y me encontré con unos azules que me dejaron totalmente aturdida.
-Siento haberte despertado, pero ya nos vamos-susurró con una sonrisa.
Enseguida caí en quién era... ¡Qué vergüenza!
Me levanté de un salto y los miré a todos.
-Lo siento, vaya anfitriona soy...-me sonrojé.
-Tranquila, nosotros nos hemos acoplado y debes estar cansada por haber tenido un día ajetreado, ¿verdad?-me sonrió Álvaro.
-Verdad-asentí suspirando.
-Entonces nos vamos para que descanses-dijo Dani levantándose y quedando así a mi lado.
Les sonreí y les acompañé a la puerta. Se fueron despidiendo de mí con dos besos, en el caso de Isa añadió un abrazo, y quedamos en que nos veríamos otro día. Sinceramente yo esperaba que eso ocurriera, pero un día en el que estuviera al cien por cien. Menuda vergüenza haberme quedado dormida con ellos allí en el salón de mi piso.

sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 8: No lo entiendo.

*Isa*
Ya estaba solucionado todo con Laura, o eso esperaba, no sabía como había podido comportarme así el día de la boda, bueno, en realidad sí, pero sea como sea no merecía perdón, y Laura me había perdonado y más que eso, me había llevado con ella a comprar y me había llevado a su casa. Era estupendo tener una hermana, siempre quise tener una, aunque Carlos siempre ha sido un hermano genial. El mejor.

Laura me dejó en la puerta de casa, miré a ambos lados de la calle y después saqué la llave del portal, abrí y subí por el ascensor.
Llegué hasta el piso de mi hermano y abrí, me lo encontré con Blas y Dani viendo una película en el salón con todas las luces apagadas, Dani estaba dormido y se le caía la baba y Carlos y Blas lo estaban recubriendo de una nata espesa y pintándole bigotes con rotuladores de colores.
-No tenéis remedio...- Dije sobresaltándoles.
-Isa... Shh.- Me calló mi hermano.
-Shh tú.- Le contesté.
-Voy a por Ketchup.- Dijo Blas levantándose y pasando a mi lado deprisa.
-Isa, cena, ¿quieres?.-Me dijo Carlos susurrando.
Asentí y me metí en la cocina descubriendo a Blas en pleno acto de comerse una galleta de chocolate.
-¿Sabe mi hermano que estás acabando con el suministro de galletas de chocolate de casa?
-No, y espero que no se entere, gracias.- Me dio en la nariz con el dedo.
-Tranquilo, sigue comiéndote sus galletas, quítale colesterol.
Blas rió y se acercó a mí, yo me alejé disimulando buscar algo en el mueble.
Las cosas estaban yendo de mal en peor por momentos.
-¿Crees que ya he olvidado lo de hoy?.- Dije.
-No, no lo creo, pero intento ser amigable.
-Ah, ¿pero somos amigos?.- Dije con cierto tono irónico mientras me giraba, Blas me agarró del brazo y me hizo girarme.
-No lo pones nada fácil.
-¿Y qué quieres que haga Blas?.- Suspiré cansada.- Si me comporto como tu amiga sufro, porque es obvio que me gustas, no aguantamos separados más de 24 horas, ya ha quedado más que claro, ¿qué solución queda? 
-No lo sé, pero desde luego ponerte así no es una solución.
-¿Y cuál la es? Besarnos y después decir ''amigos'', volver a besarnos y después volver a decir ''amigos'' cuando es mentira, cuando los dos sabemos que no somos solo amigos. Tu ya sabes que me gustas, pero ¿te gusto yo a ti?
Me giré y salí de la  cocina con mi cena, me senté al lado de Carlos, Dani se había despertado y me miraba sonriente.
-Que guapo estás hoy Dani, no me había dado cuenta.- Dije intentando no reírme de sus pintas.
-Gracias peque.
-Isa, ¿Estás bien? es que estás rara...
Blas volvió al salón y se sentó.
-Pues verás Carlos, te lo voy a contar... tengo una amiga a la que le gusta un chico y creo que le gusta ella a él, pero no se atreve a dar el paso, siempre pone escusas porque el hermano mayor de ella es su amigo.
-Mmm.- Mi hermano se llevó la mano debajo de la barbilla.- El amigo es idiota, si son amigos no creo que pase nada.
-¿Estás seguro?.- Preguntó Dani alzando una ceja.
-¿Por qué iba a pasar algo?.- Preguntó mi hermano.
-Pongamos como ejemplo a Isa y a Blas.- Nos pasó los brazos por encima de los hombros.- Imagina que Blas un día te dijese que está enamorado de Isa, ¿qué pensarías?
-Blas, ¿no eres un poco mayor para mi hermana?.- Carlos rió y Blas me miró de una forma que entendí ''ya te lo dije'' .
Dani se dio cuenta de que no era el mejor momento para cambiar de tema, así que comenzó a hablar de su nuevo CD.
-Bueno, Isa.- Me miró sonriente.- ¿Te gusta el nuevo álbum?
-Claro que sí.- Le dije sonriente.
-¿Qué auryn te gusta más?- Noté a Blas tensarse.
-Anda ya... ¿qué pregunta es esa? soy sombrerita de nacimiento.
Carlos se echó a reír y Blas se destensó un poco.
-Sin contar al pavo este.- Dijo Dani y Blas me miró interrogante.
-Pues, supongo que todos, sois geniales.- Dije mirando a Dani que levantó las cejas y sonrió pícaramente.
Dejamos de hablar de eso y los chicos volvieron a ponerse a ver la tele, yo me metí en mi habitación y me puse a ordenar un poco, entonces Carlos entró y se sentó en mi cama.
-¿No deberías estar con los chicos?- le pregunté.
-¿Es que ya no puedo estar con mi hermana?
-Claro que sí.- me eché sobre él y le abracé.
Oímos como Dani gritaba entonces y Blas comenzaba a reír, se había dado cuenta de todo lo que adornaba su cuerpo.
Mi hermano y yo nos miramos y comenzamos a reír. Eran un caso.
-Bueno Isa, eso de que nunca te llevo a ningún sitio me ha hecho pensar, ¿y si hacemos día de hermanos mañana? Hace mucho que no salimos los dos solos.
-¡Me encantaría!.- Me  tiré sobre él y le volví a abrazar.- Eres el mejor.- Le besé la mejilla y Carlos comenzó a reír.
Entonces comencé a pensar, ahora teníamos una hermana más.
-Carlos... - Me miró atento.- ¿Invitamos a Laura? es nuestra nueva hermana.
-Bueno, yo había pensado día de hermanos paternos.- Solté una carcajada.- Y así mi hermanita puede ponerme al día sobre los nuevos marujéos.- Comenzó a hacerme cosquillas.
-¡Para!.- Dije entre carcajadas- La próxima viene Laura.
-Por supuesto.
En eso entró Blas y cerró la puerta tras él.
-¡Socorro! Dani se ha vuelto loco... Quiere llenarnos a todos de nata...
Yo comencé a reír y mi hermano se levantó a ayudar a Blas a sostener la puerta. Los golpes en la puerta pararon y mi hermano se asomó abriendo un poco, una mano agarró el brazo de mi hermano y le tiró fuera de la habitación, oí a mi hermano gritar y decir mierda, Dani tío... acompañado por risas de ambos. Después Blas volvió a cerrar y me hizo una seña para que le ayudase a bloquear la puerta. Me levanté y me coloqué a su lado haciendo fuerza.
-¿Por qué no sales ya y acabáis con esto?.- Pregunté divertida.
-Porque no quiero parecer un pastelito, eso se lo prefiero dejar a David.
-Ah, es verdad que tu eres chiquitito.- Miré a otra parte, la situación se estaba volviendo incómoda, otra vez.
-Isa, de verdad que lo siento, yo... Si no fuese tan complicado...
-No es complicado, tú lo haces complicado.- Le miré de nuevo.
-Sí que lo es, ¿no te das cuenta?
-No, no me doy cuenta.
-O no quieres.- Suspiré fuertemente y dejé de hacer fuerza contra la puerta, los chicos tampoco estaban ahí ya, Blas se acercó a mí y me acarició la mejilla delicadamente.- Se que siento algo por ti, algo muy fuerte, pero, es que no puedo... No ahora...
Aparté su mano y le besé, él cerró los ojos y yo le seguí.
-Pues no lo entiendo.- Dije y abrí la puerta.


miércoles, 23 de octubre de 2013

Capítulo 7: Solo es el principio

*Laura*
Clara y yo habíamos empezado a buscar ideas para la fiesta que tenía que organizar Alejandra, la pobre estaba atacada de los nervios, así que no le decíamos nada cuando estábamos muy indecisas para así no ponerla peor aún.
Dos días después del encuentro en la cafetería con los chicos, Clara y yo estábamos dando una vuelta, nos aburríamos de estar en el piso y aprovechábamos que estábamos en la jornada "tranquila" de la universidad. Entramos en la misma cafetería y buscamos una mesa libre en la que sentarnos a tomarnos algo tranquilas. Se nos acercó el camarero, un chico algo mayor que nosotras, alto, moreno y de ojos castaños. Era muy guapo y simpático.
-Hola, chicas-nos saludó alegre-.¿Qué tal?
-Bien, gracias-respondí con una media sonrisa.
-Bien-dijo Clara un poco cortante-.¿Me pones un café, por favor?
-Claro-le dijo y luego me miró-.¿Y a ti?
-Un descafeinado-respondí.
-Enseguida-se dio media vuelta y fue hacia la barra.
-¿Por qué has sido tan cortante con él?-le pregunté a mi amiga.
-Porque no me gusta lo pesado que se puede llegar a poner si le das un poco de conversación-respondió seria.
-¿Tienes algo contra él?-pregunté sorprendida por su respuesta.
-Para nada, solo que si quiere ligar, que no lo haga delante de mí, me dan arcadas-hizo un gesto raro y yo no pude evitar reír.
Iván, así se llamaba el camarero, llegó con nuestros cafés, los dejó en la mesa y, tras una sonrisa, se fue.
-Pues a mí me parece mono y agradable-dije pensativa mirando al camarero.
-Laura, ¿me estás diciendo que te gusta?-preguntó mirándome con los ojos muy abiertos.
-¿Qué pasa?-pregunté encogiéndome de hombros mientras abría la bolsita de azúcar.
-Nada, es solo que me sorprende que TÚ-me señaló-digas tan tranquila y normal que te gusta un chico.
-Bueno siempre hay una primera vez para todo-le resté importancia.
Mi amiga rió y negó con la cabeza divertida. Nos pusimos a hablar un poco sobre algunas cosas de la fiesta cuando Clara se quedó mirando un punto detrás de mí.
-¿Pasa algo?-preguntó.
-Sí, me gustaría hablar con mi hermana, si no es mucho pedir-respondió una voz de chica que me sonaba.
Rápidamente me giré y miré a Isa con los ojos muy abiertos, ¿había dicho mi hermana?
-¿Tú eres Isa?-preguntó Clara curiosa.
-Sí-respondió y después me miró a mí-.Laura, ¿podemos hablar en privado?
Asentí, me levanté y nos fuimos a la zona de los baños. Parecía que esa iba a ser mi zona para hablar con la gente y en privado. En tres días había estado ahí con dos personas distintas y ambas para decirme algo que me dejó totalmente sorprendida.
-Te debo una disculpa, lo siento, de veras... No debí ponerme así contigo, no mereces que sea así, estropeé la noche, soy lo peor, no sabes lo que me arrepiento, de verdad... Lo siento, lo siento, lo siento-estaba cabizbaja y se le notaba arrepentida.
Puse una mano en su hombro y ella levantó la cabeza para mirarme.
-Tranquila, no pasa nada, yo tampoco debí haberte dicho lo que te dije... Estuvo mal por parte de las dos, pero para algo están las segundas oportunidades, ¿no?-le dediqué una sonrisa.
-¿De verdad me vas a dar una segunda oportunidad?-preguntó sorprendida.
-Claro que sí, todos merecemos una segunda oportunidad y me gustaría que empezáramos de nuevo-respondí.
-Gracias-me abrazó tomándome por sorpresa.
-No las des-le devolví el abrazo-.Ven, te voy a presentar a mi amiga.
Asintió y volvimos a la mesa con Clara que miraba su móvil muy entretenida.
-Clara, Isa, Isa, Clara-hice las presentaciones y ambas se sonrieron y se dieron dos besos.
-Chicas, los chicos están en el estudio ¿queréis venir?-preguntó Isa.
-Lo siento, es que estamos esperando a una amiga-se disculpó Clara.
-No pasa nada-le sonrió-.¿Nos veremos otro día?
-Claro, toma, apunta mi número-nos intercambiamos los números.
Se despidió de nosotras con dos besos y se fue.
-¿Alejandra va a venir?-le pregunté a Clara.
-Sí, me acaba de mandar un WhatsApp-respondió-.¿De qué habéis hablado?
-Me ha pedido perdón por cómo se comportó conmigo en la boda y por lo que me dijo-le conté.
-¿La has perdonado?-me miró.
-Sí, sabes que no soy rencorosa y le he dado una segunda oportunidad-contesté.
-Ais, mi Laura, qué buena eres ¡leche!-me abrazó.
-Clara-reí mientras me dejaba abrazar.
Mi amiga era de dar pocas muestras de cariño, así que aproveché.
-Bueno, ahora cuéntame-se acomodó en la silla y me miró pícara-.¿En serio te gusta el camarero?
-¿Qué hay de malo?-bajé la mirada hacia mi café.
-Nada, solo quiero que me cuentes, sabes que soy muy curiosa y me interesa saber, solo eso-respondió.
Suspiré y negué con la cabeza, en realidad no había nada que contar, Iván me gustaba, sí, pero no era nada serio. Quizá aun estaba esperando al chico de mi vida, a mi media naranja... A mis diecinueve años era bastante soñadora e incrédula. ¿Quién cree en los príncipes azules habiendo tenido a un sapo como padre? Sabía que no todos son iguales, pero prefería no arriesgarme.
-Buenas-dijo Alejandra sentándose junto a nosotras en la mesa-.¿Qué tal?
-Creo que Laura no bien del todo-dijo Clara.
Alcé la mirada de la mesa y vi a mis amigas que me miraban con preocupación, me había perdido entre mis pensamientos y recuerdos sin acordarme de que no estaba sola.
-¿Ha pasado algo?-preguntó Ale.
-Siento si he metido la pata, no debería haber insistido en eso-me dijo Clara arrepentida.
-Tranquila, no es nada, solo me he acordado de que tengo algo que hacer-mentí-.Luego nos vemos, que si no llamo a mi madre ahora, me matará.
Dejé el dinero de mi café sobre la mesa, me despedí de las chicas y salí de la cafetería mientras me ponía la chaqueta, aunque estuviéramos en mayo, aun hacía algo de fresco.
Iba algo distraída por la calle cuando me crucé a un grupo de personas. Iba a pasar de largo, pero una voz me lo impidió.
-¡Laura!-levanté la cabeza y vi a Isa correr en mi dirección.
-Hola-le sonreí cuando llegó hasta mí.
Me dio un abrazo y me arrastró hasta el resto del grupo.
-Laura, ¿a que es verdad que hemos hablado y hemos arreglado lo que pasó en la boda?-me miró-Porfa, ayúdame a que se crean que es verdad.
-Es que es verdad-respondí-, Isa y yo ahora somos amigas.
-Aiish-sonrió y me abrazó-.Eres la mejor hermana.
-¿Hermana?-todos la miramos sorprendidos.
-Carlos, te adoro, pero siempre he querido una hermana que me ayude con las cosas de chicas que no puedo contarte y que quiera venir conmigo de compras, conciertos o al cine, ahora que tenemos a Laura no pienso desaprovechar la oportunidad de conocer y pasar tiempo con mi nueva hermana-dijo firme y yo me quedé muy asombrada.
-Eso quiere decir que tenemos otra enana a la que cuidar ¿no?-preguntó David divertido.
-¿Perdón?-lo miré extrañada.
-Es el apodo que me pusieron entre todos-dijo Isa resignada.
-Lo siento, pero no me voy a quedar con enana-dije.
-Entonces habrá que buscarte uno-dijo Dani pensativo-, Margarita...
-No me llames así-le señalé.
-Así es como quisiste que te conociera la primera vez-se encogió de hombros.
Dado que no supe qué decir, no se me ocurrió otra cosa que inflar los mofletes y cruzarme de brazos indignada, por lo que todos rieron.
-Vale, soy tonta-suspiré-.Os dejo que tengo prisa, adiós.
-Hasta luego-dijeron todos casi a coro.
-Laura-dijo Isa-, ¿puedo ir contigo?-me puso ojitos-Me niego a pasar lo que queda de tarde con estos cinco cafres y no conozco a nadie por aquí.
-Isa...
-Claro, tengo que comprar algunas cosas para la casa y después iré hacia allí, me vendría bien una mano, mi compañera de piso llegará por la noche, supongo-interrumpí al rubio.
-¿No te molesta?-me preguntó Carlos inseguro.
-Para nada, necesitaré una ayuda con la compra-respondí.
-Yo encantada te ayudo-dijo Isa feliz.
-Bueno, pues en ese caso avísame y paso a buscarte cuando te quieras volver a casa-suspiró resignado.
-Sí-dijo con un poco de pesadez-.Adiós, chicos.
Nos despedimos de ellos y nos fuimos hasta el final de la calle donde estaba aparcado mi coche. Nos subimos y fuimos al supermercado, donde saqué una lista de mi cartera y compramos todo lo que había apuntado y algunas cosas más. Después, guardamos todo en el maletero y nos fuimos. Llegué a la calle donde estaba el apartamento que compartía con Clara, subimos todas las bolsas en el ascensor y me ayudó a guardarlo todo por el piso.
Una vez todo en su sitio, nos sentamos en el sofá a seguir hablando. En un par de horas habíamos llegado a conocernos bastante, me estuvo contando sobre su vida en Alicante antes de la boda e incluso antes de que su hermano se viniera a Madrid al principio de Auryn. Yo también le conté un montón de cosas sobre mí, congeniamos muy bien y descubrimos todo lo que teníamos en común. A eso de las ocho, decidió que ya era hora de irse, así que, para no molestar a Carlos y que tuviera que ir hasta allí para recoger a su hermana, la iría a llevar yo. Isa me estuvo guiando y por poco no nos perdemos, pero logramos llegar en media hora, la dejé en el portal y reemprendí la marcha hacia mi casa cuando vi que ya estaba dentro del edificio. Al llegar, vi que Clara ya estaba en casa.
-Hola amore-saludé.
-Laura, de verdad que siento lo de antes...
-Olvídalo, sólo ha sido un mal recuerdo, pero estoy bien, lo prometo-la interrumpí.
-¿Has hablado con tu madre?-cambió de tema.
-La verdad es que no, me encontré con Isa y se vino conmigo a hacer la compra, hemos estado hablando y acabo de llegar de dejarla en casa-respondí.
-Entonces eso quiere decir que ya estáis más que bien, ¿no?
-Sí-le sonreí.
-Me alegro un montón-me devolvió la sonrisa.
Me senté junto a ella y nos pusimos a ver la tele hasta que decidimos ponernos a preparar la cena. Había sido un día un poco extraño pero bueno.
A la mañana siguiente, me desperté temprano ya que tenía que ir a trabajar y debía prepararle el desayuno a Clara por a apuesta que habíamos hecho. Lo estaba terminando de preparar cuando tocaron el telefonillo.
-¿Sí?
-Hola-dijo una voz que me sonaba un poco-.Soy Isa, ¿me puedes abrir?
-Claro, sube-dije extrañada, pero le abrí.
Poco después, tocaron el timbre, abrí y me encontré a Isa y Carlos.
-Hola-los saludé y les dejé pasar.
-Como tu amiga dijo que nos podíamos acoplar, aquí estamos-dijo Carlos divertido-.He aprovechado que mi hermana sabía llegar y créeme que, dentro de nada, tendrás aquí a alguien más.
-Bueno, entonces pasad y sentaros mientras preparo más desayuno-reí levemente.
No conseguí que se sentaran y vinieron a ayudarme. Ya estaba todo casi listo cuando volvieron a tocar el timbre. Abrí y, en un par de minutos, me encontré con Auryn al completo con Isa en la cocina desayunando conmigo entre risas y conversaciones a una hora de tener que irme a trabajar y con Clara durmiendo al otro lado del piso. Solo sabía una cosa, como se despertara y entrara en pijama a la cocina... Íbamos a echarnos unas risas, aunque dudo que a ella le hiciera algo de gracia.