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viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 10: Mi oso de peluche.

*Isa*
Cuando salimos de casa de Laura, los chicos se despidieron y Carlos y yo nos fuimos a nuestra casa. Blas y yo no habíamos vuelto a hablar del tema, bueno y de nada, después de abrir la puerta Dani nos recubrió de nata y se fueron. Hoy en el ensayo tan sólo nos habíamos dirigido miradas y la verdad, eso no ayudaba. Estar enamorada de uno de los mejores amigos de tu hermano no es nada fácil.
-Enana, ¿en qué piensas?.- Me preguntó Carlos mientras conducía.
-Pues, en mi amiga.
-¿La del otro día o Cris?
-La del otro día...
-Dile a tu amiga que deberían lanzarse los dos.
-No es tan fácil, él no lo entiende, dice que su hermano se interpone y que es complicado.
-Es comprensible, es como lo que dijo Dani, si tú estuvieses con alguno de mis amigos al principio me sería raro, pero supongo que lo acabaría aceptando, eres mi hermana, te quiero y quiero lo mejor para ti.
Eso me hizo pensar, si esto lo hubiese escuchado Blas, quizá le ayudase a darse cuenta de que no hay por qué tener miedo.
-Mañana era cuando te llevaba al cine ¿verdad?
-¡Es verdad!
Mi hermano rió y los dos comenzamos a comentar las películas que podíamos ver al día siguiente, los dos teníamos los mismos gustos, así que no nos costó ponernos de acuerdo en cuál íbamos a ver.
El sonido de mi móvil me hizo abrir los ojos un poco por la mañana, pero entonces vi a mi hermano entrando a mi habitación, por lo qué volví a cerrarlos y esperé a ver que hacía.
Se puso frente a mí y me dio un beso en la mejilla.
-Venga peque, o no llegaremos al cine.
-Voy.- Dije sonriendo.
Me levanté y mientras me duchaba mi hermano estaba preparando el desayuno, después de desayunar nos marchamos al cine.
Disfrutamos de gran parte de la película porque el otro resto estuvimos lanzándonos palomitas y riéndonos el uno del otro.  Una chica que teníamos al lado no paraba de mandarnos callar hasta que se dio cuenta de quien era mi hermano por la voz. Entonces ya no nos mandó callar más. Al salir Carlos y yo nos hicimos una foto.
Al rato nos marchamos a comer juntos, comimos pizza, después de eso Carlos recibió un mensaje de los chicos, le necesitaban para no se que cosa y entonces le pedí que me llevase a la tienda en la que trabajaba Laura, hoy le había tocado trabajar todo el día,  pobre.
Carlos me dejó allí y me dijo que saludase a Laura de su parte, después yo entré en la tienda y me acerqué al mostrador.
-Hola, estoy buscando una cosilla, espero que pueda ayudarme.- Puse una voz distita.
-¿Qué estás...? ¿Isa?
-Pues busco a mi hermana.- Sonreí y ella me abrazó.
-¿Qué haces aquí?
-¿Creías que iba a dejarte sola en esta tienda todo el día?
Comenzamos a hablar y entonces me llegó una mención de twitter. Mi hermano había subido la foto y había puesto Un día perfecto con mi enana. Le di a retwitear y después me giré a Laura.
-Perdona es que mi hermano ha subido una foto a Twitter.
-No pasa nada.
-¿Puedo contarte un secreto?.- Pensé que ella podría ayudarme con el caso Blas.
-Claro, dime lo que quieras, puedes confiar en mí.
La abracé, me había portado fatal cuando la conocí y por mucho que le pidiese disculpas todos los días de mi vida no sería suficiente.
-Verás...- Le conté todo, ella me miraba comprensiva y entonces me acarició el hombro.
-Yo creo que debes darle tiempo para que se de cuenta, si le gustas de verdad olvidará el detalle de que Carlos es tu hermano y estará contigo.
-Pero no lo hace, simplemente me dice que quedemos como amigos porque es complicado, por mi hermano, o por cualquier cosa que se le ocurra.
-Isa, debes ponerte en su lugar, no es fácil estar con la hermana de uno de tus mejores amigos.
-Lo se.- Dije antes de agachar la cabeza y sentirme fatal por no dejarle tranquilo. Laura tenía razón, debía dejar que él se diese cuenta o de que me olvidase y así ver si le gustaba de verdad o no.
Cuando ya era algo tarde, Laura me llevó a casa, que aún estaba desierta y entonces me llegó un mensaje de Cris. Estaba en la puerta de casa, le abrí deprisa y la abracé.
-No puedo creerme que estés aquí.- Me dijo riendo.
-Ni yo, por cierto, esta es mi hermana, Laura, Laura esta es mi amiga Cristina.
Ambas se dieron dos besos y entonces Laura se despidió, decía que estaba muy cansada. Cris y yo nos quedamos hablando un raro hasta que la llamaron y tuvo que irse.  Entonces la puerta de mi casa se abrió y los chicos entraron.
-Hola pequeñaja.- Me dijo David.
-Hola pastelito.- Le sonreí.
El resto me saludó, incluso Blas, pero se notaba la tensión en el ambiente, todos lo notaron,, bueno, todos menos mi hermano que estaba a lo suyo con el whatsApp.
Se sentaron a mi alrededor y pusieron una peli de miedo, Blas estaba a mi lado y al otro lado tenía a Dani, en el sillón apartado estaba Carlos y en el otro sofá Álvaro con David.
En uno de los sobresaltos me abracé a Dani y Blas nos miró mal. ¿Estaba celoso?
-Perdona.- Le dije a Dani avergonzada.
-No pasa nada rubita, como si quieres que sea tu oso de peluche.
-Te pega porque eres adorable.- Reímos levemente.
-¿De verdad piensas que soy adorable?- preguntó mirándome curioso.- Todos dicen que soy un bicho.
-Es verdad que eres un poco terremoto, pero cuando te calmas eres muy dulce.- Dije sonriendo.
-Gracias rubita.- Me sonrió.
-Para eso estamos.- Le guiñé un ojo.
Blas carraspeó a nuestro lado y se removió.
-Blas, ¿estás bien?.- Le preguntó Álvaro.
-Perfectamente.
-A ver si te estás resfriando.- Le dijo mi hermano.
-No creo que haya tosido por eso.- Dijo David y Blas se levantó y se fue a la cocina a por agua.
Los demás seguimos viendo la peli, bueno yo más bien me tapé con el brazo de Dani y este reía de mí. 
A las doce más o menos acabó la película y los chicos decidieron marcharse, todos me dieron un beso, todos menos Blas que no había parado de moverse desde que me abracé a mi amigo.
Carlos y yo nos despedimos y salí disparada a la ducha.
-¡Oye enana!.- Me gritó.- Eso no vale...
Vi como ponía un puchero antes de cerrar la puerta del baño. Al salir Carlos entró y mi móvil comenzó a sonar.
Lo miré y vi que tenía más de una docena de mensajes nuevos, de Laura, de Cris, incluso de Clara.
Laura me decía que se había encontrado con Blas y que lo había notado bastante malhumorado, Clara me decía de quedar mañana con ella y Laura en su casa, y Cris de quedar mañana, entonces se me ocurrió hacer un grupo de whatsApp con nosotras.
Isa: Presentaciones, Clara esta es Cris y Cris esta es Clara, he hecho el grupo para saber que hacer mañana porque Cris, Clara, Laura y yo quedamos en vernos un día.
Clara: Un placer conocerte y ... ¿y si quedamos las cuatro?
Laura: Me parece una buena idea, mientras más mejor.
Cris: Me gusta la idea, además así puedo conocer a la hermana de Isa y a su amiga :P
Isa: Sii bueno chicas nos vemos mañana a las doce? y así comemos juntas?

Clara: Por mi bien.
Laura: Si.
Cris: Es buena idea.
Dejé el móvil y entonces sonó un whatsApp más, para mi sorpresa era de Blas.
Blas: ¿Mañana vas a ir al ensayo?
Isa: No creo, he quedado.
Blas: Ah... ¿con quién?
Isa: Unas amigas.
Blas: Es que... he estado pensando y tenemos que hablar, esto no puede seguir así.
Isa: Lo se, ¿qué tal amigos?
Blas no me contestó, por lo que me lo tomé como un sí, amigos. No me gustaba demasiado la idea, pero tampoco quería perderle, me gustaba demasiado.
Me acosté a dormir,  por la mañana me despedí de mi hermano y me fui a recoger a Cris para irnos a casa de Laura y Clara. En unos minutos ya estábamos allí.
-¿Que os parece si pedimos unas pizzas?.- Preguntó Clara y nosotras asentimos.
Comenzamos a hablar de todo un poco, de que nos conocíamos, de que conocía Cris a los chicos y de muchas cosas. Las chicas se llevaron muy bien y la verdad es que me encantaba la idea de tener tantas amigas tan increíbles como lo eran ellas. Pero ya era bastante tarde y debíamos irnos. Nos despedimos y quedamos en vernos otro día. En la calle llovía, pero Cris llevaba paraguas.
Al llegar a casa entré en mi habitación y me encontré un enorme oso de peluche.



Había una nota debajo del oso.
Perdóname, debí ver antes lo que eras para mí. Yo también quiero ser tu oso de peluche.
Me quedé muy sorprendida y abrí mucho los ojos y la boca. No podía ser de él, de verdad era de Blas... Miré por la ventana del edificio y le vi salir.
Sin pensarlo dos veces eché a correr por el pasillo y me choqué con Carlos, que me miraba sorprendido.
-¿A donde vas?.- Me preguntó.
-Ahora vuelvo.- Le contesté.
-Pero, está lloviendo a mares.
No me paré a contestarle, no podía permitir que Blas se marchase así de rápido.
Comencé a correr por la calle y le vi a lo lejos.
-¡Blas! ¡Blas!.- Le llamé varias veces, pero no se giraba, le agarré del hombro y entonces vi que no era él.- Perdone... Le he confundido...
El hombre se marchó caminando.
-Vas a ponerte mala como sigas dejando que la lluvia te empape.- Me giré, reconocería esa voz en cualquier sitio, me puse frente a él. Me miraba serio.- Isa yo...
-¿No querías ser solo mi amigo?
-No, eso era antes, antes de darme cuenta de lo que eres para mí, ayer quería decírtelo pero cuando fui a contestar el móvil se me quedó sin internet, no me funcionaba.- Me agarró de la cintura.- Estoy enamorado de ti, desde hace tanto que ni me acuerdo, soy idiota y he dejado que te escapes una y otra vez, te he rechazado y todo por miedo.
-Yo también lo soy, debí entenderte, no decirte todas esas cosas, lo siento.
-Quiero ser tu oso de peluche, quiero que sepas que eres especial para mí y que siento algo muy profundo. Estoy locamente enamorado de ti y si me dejas me gustaría demostrártelo.
-¿Cómo no iba a dejarte?
-¿Quieres que lo intentemos? Sin más miedos, sin más peleas y sin más distanciamientos, tu y yo juntos. ¿Qué me dices?
-Que estaría loca si dijese que no.
Blas me pegó a él y me besó lentamente mientras el agua caía a nuestro alrededor. Por fin había pasado, él y yo juntos.

martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 9: Día duro

*Laura*
-¿Trabajas o estudias, Laura?-me preguntó Álvaro curioso.
-Trabajo y estudio-respondí.
-¿Cómo te organizas?-preguntó Isa.
-Por las mañanas trabajo y por las tardes voy a las clases en la universidad-expliqué.
-¿No se te hace cuesta arriba en las jornadas de exámenes?-preguntó Carlos.
-Para nada, durante ese tiempo no trabajo, mi jefe es el padre de una compañera de clases y, cuando tengo la época de saturación por exámenes, me da vacaciones-me encogí de hombros.
-Vaya trabajo bueno-dijo Dani sorprendido.
-Sí, he tenido suerte-asentí sonriendo.
-¿Cuánto tiempo llevas?-preguntó Blas.
-Casi dos años, empecé al mismo tiempo que entré a la universidad-me quedé pensativa.
-¿Qué estás estudiando?-preguntó Isa.
-Periodismo-respondí y los miré-.Creo recordar que los famosos son los chicos-dije divertida.
-Me está viniendo un déjà vu...-dijo David.
-Auch, dame una patada si eso-se quejó Dani mirando mal a David.
-¿Era tu pierna? Lo siento, no lo sabía-dijo pillo.
-¡David!-volvió a quejarse, creo que por otra patada.
-Laura, ¿qué es lo que se...?-se quedó cortada y parada en la puerta de la cocina-¡Yo te mato!
-¡Creo recordar que fuiste tú quien los invitaste a desayunar!-le grité mientras corría hacia su habitación.
Todos rieron y, al cabo de un rato, apareció mi amiga muy sonrojada y ya vestida y peinada.
-Clara, quiero que sepas que me encanta tu pijama de pájaros-dijo David divertido.
-Gracias, a mí también me gusta-contestó ella.
-Anda, tonti-me levanté y me puse junto a ella-, no te piques porque tú los invitaste y ellos te han tomado la palabra al pie de la letra.
-Y tanto, pero podrías haberme avisado, ¿no?-me miró seria.
-Pero si han venido de improvisto y no me ha dado tiempo-señalé.
-Bueno, yo voy a seguir picada y ya me pensaré si te perdono-se sentó en mi silla.
-Vale, yo me voy ya que, si no me doy prisa, llego tarde-puse mi taza en el fregadero-.¡Clara, te toca fregar!-dije desde el baño.
-¡Tramposa!-me gritó de vuelta.
-El trato era el desayuno y la cama, no fregar los platos-le indiqué-.Te hago la cama y  me voy.
Y eso hice, estiré sus sábanas y la colcha, puse los cojines y salí pitando hacia el perchero de la entrada, cogí mi bolso y la chaqueta, grité un adiós y salí escaleras abajo. Tenía prisa, quedaba un cuarto de hora y yo tardaba algo más en llegar. Al estar ya en el rellano del edificio, el ascensor se abrió dejándome ver a los chicos e Isa.
-¿Ya os vais?-pregunté mirándoles extrañada.
-Sí, tenemos cosas que hacer y tampoco queremos entreteneros-respondió Blas.
-Ah-asentí mientras todos salíamos a la calle.
-¿Dónde trabajas?-preguntó David curioso.
-En una tienda de música del centro-respondí abriendo mi coche-.Os dejo porque ya es tarde, adiós.
-Adiós-dijeron casi a coro.
Conduje algo deprisa para no tardar demasiado y lo conseguí, solo llegué cinco minutos tarde. Entré rápidamente, saludé a mi jefe y a mi compañera y entré al almacén para ponerme el uniforme que consistía en una chaqueta roja con una plaquita en la que ponía mi nombre. Salí y me fui al mostrador, mi jefe nos dio algunas indicaciones y se fue dejándonos a las dos solas.
Mi compañera, Danae, era una chica uno o dos años mayor que yo, de mi estatura y pelirroja. Ella había entrado a la tienda hacía cosa de un mes o algo así. Parecía simpática, pero nunca habíamos hablado demasiado, era reservada y yo tímida con la gente nueva, así que ninguna sacaba temas de conversación. Por eso me sorprendió que me hablara aquel día.
-¿Por qué solo vienes a trabajar por las mañanas?-me miró curiosa.
-Porque por las tardes voy a la universidad-respondí educada.
-Mm...-dijo pensativa-¿Podrías cubrir mi turno de mañana por la tarde? Es que es mi aniversario con mi chico y, bueno, tú sabes-le restó importancia-.¿Podrías hacerme el favor?
Al día siguiente era sábado y no es que me hiciera mucha gracia trabajar un sábado por la tarde, pero bueno, podría hacerle el favor.
-Está bien-asentí con una pequeña sonrisa.
-En cuanto pueda te devuelvo el favor-sonrió y entró a la parte de atrás de la tienda.
Suspiré, parecía que no era capaz ni de dar las gracias, en fin. Me senté en un pequeño taburete y abrí una revista de las que teníamos por ahí, me aburría un poco y no tenía gran cosa que hacer. Mi móvil sonó, así que lo saqué del bolsillo de mi pantalón y lo miré.
Isa: Holaaa ¿puedes quedar mañana?
Lau: Imposible, trabajo todo el día :/
Isa: Jo, bueno, quedamos otro día :)
Lau: Claro, cuando me digas ^.^
Isa: ¿Qué me cuentas?
Lau: Nada interesante, en la tienda no entra nadie -.-' ¿Y tú?
Isa: En el estudio con los chicos, que están ensayando
Lau: Qué bien, me gustaría escucharles *.*
Isa: Pues escucha...
Me mandó una nota de voz en la que se escuchaba a los chicos cantar
Lau: Jo, suenan genial :D
Isa: La verdad es que sí jajaja
Lau: En estos momentos me das envidia :(
Isa: Jajaja ¡Anda ya!
Lau: Es verdad, me encantaría estar ahí escuchándoles y no aquí aburrida y con una compañera que se ha perdido en algún lugar de la parte de atrás de la tienda
Isa: Ala qué tía ¿y no te ayuda?
Lau: La verdad es que no, siempre hace lo mismo
Isa: Pues menuda fresca
Lau: Sí...
Isa: ¿Dónde queda la tienda?
Lau: En el centro, frente al Starbucks
Isa: Mm... Valee
Lau: ¿Para qué?
Isa: Puede que me pase en algún momento, créeme que no es divertido estar toodo el día sentada en un sillón
Lau: Al menos escuchas buena música
Isa: Jajaja Cómo se nota que eres fan de ellos
Lau: Sí :$ Jajaja
Dejé el móvil en cuanto vi entrar gente. Atendí a algunos, ayudé a otros y así estuve hasta la hora de cerrar, justo cuando entraba mi jefe y Danae salía del pequeño almacén.
-Hola, chicas-nos sonrió-.¿Cómo ha ido la mañana?
-Bien, bastante tranquila-se apresuró a contestar mi compañera.
-Bien, pues por hoy ya os podéis ir-entró al mostrador para mirar la caja.
-Hasta mañana-dejé la chaqueta, recogí mis cosas y me fui.
Subí a mi coche y me puse en marcha, tenía que hacer la comida, comer, limpiar lo ensuciado, cambiarme e irme a la universidad. Un día ajetreado.
Llegué a casa a más de las ocho, estaba reventada y sin ganas de nada, menudo viernes me había tocado pasar.
Clara no estaba en casa, por lo que fui directamente a la ducha, me puse mi pijama, mis pantuflas y me hice un moño despeinado con algunos mechones fuera y me tiré en el sofá a ver la tele. Después de dar dos vueltas completas por todos los canales, me di por vencida en encontrar algo que valiera la pena, así que fui a mi habitación a por una película que me había dejado Alejandra y no había visto, Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas. La puse en el DVD y me volví a tirar en el sofá.
Llevaba casi media hora de película cuando tocaron la puerta. Con un suspiro puse pausa, me levanté arrastrando los pies y abrí.
-¡Hola!-exclamaron.
-Vaya, parece que hoy es el día de los pijamas-rió David.
-Pasad, anda-les dejé paso-.Poneos cómodos, voy a ponerme algo decente.
Los dejé en el salón y entré a mi habitación, me puse unos leggins, una camiseta fina de manga larga y una chaqueta negra con capucha. Me hice una coleta y para los pies me dejé las pantuflas con los calcetines. Salí y los encontré a todos acomodados. Blas, Carlos e Isa estaban en el sofá, Álvaro y David en el sillón de dos plazas un poco apretados ya que era pequeño en realidad, y Dani en el sillón de una plaza, o sea, mi sillón.
-Hemos traído pizzas y palomitas-dijo Carlos.
-Muy amables-les sonreí.
-¿Clara no está?-preguntó Isa curiosa mientras yo iba a la cocina a por vasos y bebidas
-No, está en el cumpleaños de su madre, han hecho una reunión familiar, así que supongo que vendrá tarde o mañana-respondí-.Gracias-le dije a Blas que me había ayudado a llevar las cosas.
Ya con las pizzas abiertas sobre la mesa de centro y cada uno con una servilleta y un vaso con bebida, me dispuse a sentarme.
-¿Te importa hacerme un hueco?-le pregunté a Dani.
-No, claro-se hizo a un lado y pude sentarme junto a él sin problemas.
-Mira que eres difícil ¿eh?-rió Álvaro.
-Es mi sillón-me encogí de hombros cogiendo un trozo de pizza.
-Lo siento-se disculpó el rubio.
-No pasa nada, de todos modos no habríamos cabido bien-le resté importancia.
-¿Qué peli veías?-preguntó David señalando la tele.
-Hansel y Gretel-respondí.
-¿No eres un poco mayor para ver dibujos?-se burló Dani y yo le saqué la lengua-Yo ya la he visto, la bruja que les ayuda, Mina, se muere y Hans...-le metí un trozo de pizza en la boca.
-Comiendo no se habla y no me cuentes la peli que no la he visto-le advertí.
Alzó las manos y siguió comiendo mientras los demás reían. Terminamos de comer hablando de todo un poco entre risas y, al acabar, me ayudaron a recoger. Cuando todo estuvo en la cocina, volví al salón, me senté en el sillón pequeño con Dani y puse la película desde el principio.
Noté algo en mi hombro, abrí los ojos despacio y me encontré con unos azules que me dejaron totalmente aturdida.
-Siento haberte despertado, pero ya nos vamos-susurró con una sonrisa.
Enseguida caí en quién era... ¡Qué vergüenza!
Me levanté de un salto y los miré a todos.
-Lo siento, vaya anfitriona soy...-me sonrojé.
-Tranquila, nosotros nos hemos acoplado y debes estar cansada por haber tenido un día ajetreado, ¿verdad?-me sonrió Álvaro.
-Verdad-asentí suspirando.
-Entonces nos vamos para que descanses-dijo Dani levantándose y quedando así a mi lado.
Les sonreí y les acompañé a la puerta. Se fueron despidiendo de mí con dos besos, en el caso de Isa añadió un abrazo, y quedamos en que nos veríamos otro día. Sinceramente yo esperaba que eso ocurriera, pero un día en el que estuviera al cien por cien. Menuda vergüenza haberme quedado dormida con ellos allí en el salón de mi piso.

sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 8: No lo entiendo.

*Isa*
Ya estaba solucionado todo con Laura, o eso esperaba, no sabía como había podido comportarme así el día de la boda, bueno, en realidad sí, pero sea como sea no merecía perdón, y Laura me había perdonado y más que eso, me había llevado con ella a comprar y me había llevado a su casa. Era estupendo tener una hermana, siempre quise tener una, aunque Carlos siempre ha sido un hermano genial. El mejor.

Laura me dejó en la puerta de casa, miré a ambos lados de la calle y después saqué la llave del portal, abrí y subí por el ascensor.
Llegué hasta el piso de mi hermano y abrí, me lo encontré con Blas y Dani viendo una película en el salón con todas las luces apagadas, Dani estaba dormido y se le caía la baba y Carlos y Blas lo estaban recubriendo de una nata espesa y pintándole bigotes con rotuladores de colores.
-No tenéis remedio...- Dije sobresaltándoles.
-Isa... Shh.- Me calló mi hermano.
-Shh tú.- Le contesté.
-Voy a por Ketchup.- Dijo Blas levantándose y pasando a mi lado deprisa.
-Isa, cena, ¿quieres?.-Me dijo Carlos susurrando.
Asentí y me metí en la cocina descubriendo a Blas en pleno acto de comerse una galleta de chocolate.
-¿Sabe mi hermano que estás acabando con el suministro de galletas de chocolate de casa?
-No, y espero que no se entere, gracias.- Me dio en la nariz con el dedo.
-Tranquilo, sigue comiéndote sus galletas, quítale colesterol.
Blas rió y se acercó a mí, yo me alejé disimulando buscar algo en el mueble.
Las cosas estaban yendo de mal en peor por momentos.
-¿Crees que ya he olvidado lo de hoy?.- Dije.
-No, no lo creo, pero intento ser amigable.
-Ah, ¿pero somos amigos?.- Dije con cierto tono irónico mientras me giraba, Blas me agarró del brazo y me hizo girarme.
-No lo pones nada fácil.
-¿Y qué quieres que haga Blas?.- Suspiré cansada.- Si me comporto como tu amiga sufro, porque es obvio que me gustas, no aguantamos separados más de 24 horas, ya ha quedado más que claro, ¿qué solución queda? 
-No lo sé, pero desde luego ponerte así no es una solución.
-¿Y cuál la es? Besarnos y después decir ''amigos'', volver a besarnos y después volver a decir ''amigos'' cuando es mentira, cuando los dos sabemos que no somos solo amigos. Tu ya sabes que me gustas, pero ¿te gusto yo a ti?
Me giré y salí de la  cocina con mi cena, me senté al lado de Carlos, Dani se había despertado y me miraba sonriente.
-Que guapo estás hoy Dani, no me había dado cuenta.- Dije intentando no reírme de sus pintas.
-Gracias peque.
-Isa, ¿Estás bien? es que estás rara...
Blas volvió al salón y se sentó.
-Pues verás Carlos, te lo voy a contar... tengo una amiga a la que le gusta un chico y creo que le gusta ella a él, pero no se atreve a dar el paso, siempre pone escusas porque el hermano mayor de ella es su amigo.
-Mmm.- Mi hermano se llevó la mano debajo de la barbilla.- El amigo es idiota, si son amigos no creo que pase nada.
-¿Estás seguro?.- Preguntó Dani alzando una ceja.
-¿Por qué iba a pasar algo?.- Preguntó mi hermano.
-Pongamos como ejemplo a Isa y a Blas.- Nos pasó los brazos por encima de los hombros.- Imagina que Blas un día te dijese que está enamorado de Isa, ¿qué pensarías?
-Blas, ¿no eres un poco mayor para mi hermana?.- Carlos rió y Blas me miró de una forma que entendí ''ya te lo dije'' .
Dani se dio cuenta de que no era el mejor momento para cambiar de tema, así que comenzó a hablar de su nuevo CD.
-Bueno, Isa.- Me miró sonriente.- ¿Te gusta el nuevo álbum?
-Claro que sí.- Le dije sonriente.
-¿Qué auryn te gusta más?- Noté a Blas tensarse.
-Anda ya... ¿qué pregunta es esa? soy sombrerita de nacimiento.
Carlos se echó a reír y Blas se destensó un poco.
-Sin contar al pavo este.- Dijo Dani y Blas me miró interrogante.
-Pues, supongo que todos, sois geniales.- Dije mirando a Dani que levantó las cejas y sonrió pícaramente.
Dejamos de hablar de eso y los chicos volvieron a ponerse a ver la tele, yo me metí en mi habitación y me puse a ordenar un poco, entonces Carlos entró y se sentó en mi cama.
-¿No deberías estar con los chicos?- le pregunté.
-¿Es que ya no puedo estar con mi hermana?
-Claro que sí.- me eché sobre él y le abracé.
Oímos como Dani gritaba entonces y Blas comenzaba a reír, se había dado cuenta de todo lo que adornaba su cuerpo.
Mi hermano y yo nos miramos y comenzamos a reír. Eran un caso.
-Bueno Isa, eso de que nunca te llevo a ningún sitio me ha hecho pensar, ¿y si hacemos día de hermanos mañana? Hace mucho que no salimos los dos solos.
-¡Me encantaría!.- Me  tiré sobre él y le volví a abrazar.- Eres el mejor.- Le besé la mejilla y Carlos comenzó a reír.
Entonces comencé a pensar, ahora teníamos una hermana más.
-Carlos... - Me miró atento.- ¿Invitamos a Laura? es nuestra nueva hermana.
-Bueno, yo había pensado día de hermanos paternos.- Solté una carcajada.- Y así mi hermanita puede ponerme al día sobre los nuevos marujéos.- Comenzó a hacerme cosquillas.
-¡Para!.- Dije entre carcajadas- La próxima viene Laura.
-Por supuesto.
En eso entró Blas y cerró la puerta tras él.
-¡Socorro! Dani se ha vuelto loco... Quiere llenarnos a todos de nata...
Yo comencé a reír y mi hermano se levantó a ayudar a Blas a sostener la puerta. Los golpes en la puerta pararon y mi hermano se asomó abriendo un poco, una mano agarró el brazo de mi hermano y le tiró fuera de la habitación, oí a mi hermano gritar y decir mierda, Dani tío... acompañado por risas de ambos. Después Blas volvió a cerrar y me hizo una seña para que le ayudase a bloquear la puerta. Me levanté y me coloqué a su lado haciendo fuerza.
-¿Por qué no sales ya y acabáis con esto?.- Pregunté divertida.
-Porque no quiero parecer un pastelito, eso se lo prefiero dejar a David.
-Ah, es verdad que tu eres chiquitito.- Miré a otra parte, la situación se estaba volviendo incómoda, otra vez.
-Isa, de verdad que lo siento, yo... Si no fuese tan complicado...
-No es complicado, tú lo haces complicado.- Le miré de nuevo.
-Sí que lo es, ¿no te das cuenta?
-No, no me doy cuenta.
-O no quieres.- Suspiré fuertemente y dejé de hacer fuerza contra la puerta, los chicos tampoco estaban ahí ya, Blas se acercó a mí y me acarició la mejilla delicadamente.- Se que siento algo por ti, algo muy fuerte, pero, es que no puedo... No ahora...
Aparté su mano y le besé, él cerró los ojos y yo le seguí.
-Pues no lo entiendo.- Dije y abrí la puerta.


miércoles, 23 de octubre de 2013

Capítulo 7: Solo es el principio

*Laura*
Clara y yo habíamos empezado a buscar ideas para la fiesta que tenía que organizar Alejandra, la pobre estaba atacada de los nervios, así que no le decíamos nada cuando estábamos muy indecisas para así no ponerla peor aún.
Dos días después del encuentro en la cafetería con los chicos, Clara y yo estábamos dando una vuelta, nos aburríamos de estar en el piso y aprovechábamos que estábamos en la jornada "tranquila" de la universidad. Entramos en la misma cafetería y buscamos una mesa libre en la que sentarnos a tomarnos algo tranquilas. Se nos acercó el camarero, un chico algo mayor que nosotras, alto, moreno y de ojos castaños. Era muy guapo y simpático.
-Hola, chicas-nos saludó alegre-.¿Qué tal?
-Bien, gracias-respondí con una media sonrisa.
-Bien-dijo Clara un poco cortante-.¿Me pones un café, por favor?
-Claro-le dijo y luego me miró-.¿Y a ti?
-Un descafeinado-respondí.
-Enseguida-se dio media vuelta y fue hacia la barra.
-¿Por qué has sido tan cortante con él?-le pregunté a mi amiga.
-Porque no me gusta lo pesado que se puede llegar a poner si le das un poco de conversación-respondió seria.
-¿Tienes algo contra él?-pregunté sorprendida por su respuesta.
-Para nada, solo que si quiere ligar, que no lo haga delante de mí, me dan arcadas-hizo un gesto raro y yo no pude evitar reír.
Iván, así se llamaba el camarero, llegó con nuestros cafés, los dejó en la mesa y, tras una sonrisa, se fue.
-Pues a mí me parece mono y agradable-dije pensativa mirando al camarero.
-Laura, ¿me estás diciendo que te gusta?-preguntó mirándome con los ojos muy abiertos.
-¿Qué pasa?-pregunté encogiéndome de hombros mientras abría la bolsita de azúcar.
-Nada, es solo que me sorprende que TÚ-me señaló-digas tan tranquila y normal que te gusta un chico.
-Bueno siempre hay una primera vez para todo-le resté importancia.
Mi amiga rió y negó con la cabeza divertida. Nos pusimos a hablar un poco sobre algunas cosas de la fiesta cuando Clara se quedó mirando un punto detrás de mí.
-¿Pasa algo?-preguntó.
-Sí, me gustaría hablar con mi hermana, si no es mucho pedir-respondió una voz de chica que me sonaba.
Rápidamente me giré y miré a Isa con los ojos muy abiertos, ¿había dicho mi hermana?
-¿Tú eres Isa?-preguntó Clara curiosa.
-Sí-respondió y después me miró a mí-.Laura, ¿podemos hablar en privado?
Asentí, me levanté y nos fuimos a la zona de los baños. Parecía que esa iba a ser mi zona para hablar con la gente y en privado. En tres días había estado ahí con dos personas distintas y ambas para decirme algo que me dejó totalmente sorprendida.
-Te debo una disculpa, lo siento, de veras... No debí ponerme así contigo, no mereces que sea así, estropeé la noche, soy lo peor, no sabes lo que me arrepiento, de verdad... Lo siento, lo siento, lo siento-estaba cabizbaja y se le notaba arrepentida.
Puse una mano en su hombro y ella levantó la cabeza para mirarme.
-Tranquila, no pasa nada, yo tampoco debí haberte dicho lo que te dije... Estuvo mal por parte de las dos, pero para algo están las segundas oportunidades, ¿no?-le dediqué una sonrisa.
-¿De verdad me vas a dar una segunda oportunidad?-preguntó sorprendida.
-Claro que sí, todos merecemos una segunda oportunidad y me gustaría que empezáramos de nuevo-respondí.
-Gracias-me abrazó tomándome por sorpresa.
-No las des-le devolví el abrazo-.Ven, te voy a presentar a mi amiga.
Asintió y volvimos a la mesa con Clara que miraba su móvil muy entretenida.
-Clara, Isa, Isa, Clara-hice las presentaciones y ambas se sonrieron y se dieron dos besos.
-Chicas, los chicos están en el estudio ¿queréis venir?-preguntó Isa.
-Lo siento, es que estamos esperando a una amiga-se disculpó Clara.
-No pasa nada-le sonrió-.¿Nos veremos otro día?
-Claro, toma, apunta mi número-nos intercambiamos los números.
Se despidió de nosotras con dos besos y se fue.
-¿Alejandra va a venir?-le pregunté a Clara.
-Sí, me acaba de mandar un WhatsApp-respondió-.¿De qué habéis hablado?
-Me ha pedido perdón por cómo se comportó conmigo en la boda y por lo que me dijo-le conté.
-¿La has perdonado?-me miró.
-Sí, sabes que no soy rencorosa y le he dado una segunda oportunidad-contesté.
-Ais, mi Laura, qué buena eres ¡leche!-me abrazó.
-Clara-reí mientras me dejaba abrazar.
Mi amiga era de dar pocas muestras de cariño, así que aproveché.
-Bueno, ahora cuéntame-se acomodó en la silla y me miró pícara-.¿En serio te gusta el camarero?
-¿Qué hay de malo?-bajé la mirada hacia mi café.
-Nada, solo quiero que me cuentes, sabes que soy muy curiosa y me interesa saber, solo eso-respondió.
Suspiré y negué con la cabeza, en realidad no había nada que contar, Iván me gustaba, sí, pero no era nada serio. Quizá aun estaba esperando al chico de mi vida, a mi media naranja... A mis diecinueve años era bastante soñadora e incrédula. ¿Quién cree en los príncipes azules habiendo tenido a un sapo como padre? Sabía que no todos son iguales, pero prefería no arriesgarme.
-Buenas-dijo Alejandra sentándose junto a nosotras en la mesa-.¿Qué tal?
-Creo que Laura no bien del todo-dijo Clara.
Alcé la mirada de la mesa y vi a mis amigas que me miraban con preocupación, me había perdido entre mis pensamientos y recuerdos sin acordarme de que no estaba sola.
-¿Ha pasado algo?-preguntó Ale.
-Siento si he metido la pata, no debería haber insistido en eso-me dijo Clara arrepentida.
-Tranquila, no es nada, solo me he acordado de que tengo algo que hacer-mentí-.Luego nos vemos, que si no llamo a mi madre ahora, me matará.
Dejé el dinero de mi café sobre la mesa, me despedí de las chicas y salí de la cafetería mientras me ponía la chaqueta, aunque estuviéramos en mayo, aun hacía algo de fresco.
Iba algo distraída por la calle cuando me crucé a un grupo de personas. Iba a pasar de largo, pero una voz me lo impidió.
-¡Laura!-levanté la cabeza y vi a Isa correr en mi dirección.
-Hola-le sonreí cuando llegó hasta mí.
Me dio un abrazo y me arrastró hasta el resto del grupo.
-Laura, ¿a que es verdad que hemos hablado y hemos arreglado lo que pasó en la boda?-me miró-Porfa, ayúdame a que se crean que es verdad.
-Es que es verdad-respondí-, Isa y yo ahora somos amigas.
-Aiish-sonrió y me abrazó-.Eres la mejor hermana.
-¿Hermana?-todos la miramos sorprendidos.
-Carlos, te adoro, pero siempre he querido una hermana que me ayude con las cosas de chicas que no puedo contarte y que quiera venir conmigo de compras, conciertos o al cine, ahora que tenemos a Laura no pienso desaprovechar la oportunidad de conocer y pasar tiempo con mi nueva hermana-dijo firme y yo me quedé muy asombrada.
-Eso quiere decir que tenemos otra enana a la que cuidar ¿no?-preguntó David divertido.
-¿Perdón?-lo miré extrañada.
-Es el apodo que me pusieron entre todos-dijo Isa resignada.
-Lo siento, pero no me voy a quedar con enana-dije.
-Entonces habrá que buscarte uno-dijo Dani pensativo-, Margarita...
-No me llames así-le señalé.
-Así es como quisiste que te conociera la primera vez-se encogió de hombros.
Dado que no supe qué decir, no se me ocurrió otra cosa que inflar los mofletes y cruzarme de brazos indignada, por lo que todos rieron.
-Vale, soy tonta-suspiré-.Os dejo que tengo prisa, adiós.
-Hasta luego-dijeron todos casi a coro.
-Laura-dijo Isa-, ¿puedo ir contigo?-me puso ojitos-Me niego a pasar lo que queda de tarde con estos cinco cafres y no conozco a nadie por aquí.
-Isa...
-Claro, tengo que comprar algunas cosas para la casa y después iré hacia allí, me vendría bien una mano, mi compañera de piso llegará por la noche, supongo-interrumpí al rubio.
-¿No te molesta?-me preguntó Carlos inseguro.
-Para nada, necesitaré una ayuda con la compra-respondí.
-Yo encantada te ayudo-dijo Isa feliz.
-Bueno, pues en ese caso avísame y paso a buscarte cuando te quieras volver a casa-suspiró resignado.
-Sí-dijo con un poco de pesadez-.Adiós, chicos.
Nos despedimos de ellos y nos fuimos hasta el final de la calle donde estaba aparcado mi coche. Nos subimos y fuimos al supermercado, donde saqué una lista de mi cartera y compramos todo lo que había apuntado y algunas cosas más. Después, guardamos todo en el maletero y nos fuimos. Llegué a la calle donde estaba el apartamento que compartía con Clara, subimos todas las bolsas en el ascensor y me ayudó a guardarlo todo por el piso.
Una vez todo en su sitio, nos sentamos en el sofá a seguir hablando. En un par de horas habíamos llegado a conocernos bastante, me estuvo contando sobre su vida en Alicante antes de la boda e incluso antes de que su hermano se viniera a Madrid al principio de Auryn. Yo también le conté un montón de cosas sobre mí, congeniamos muy bien y descubrimos todo lo que teníamos en común. A eso de las ocho, decidió que ya era hora de irse, así que, para no molestar a Carlos y que tuviera que ir hasta allí para recoger a su hermana, la iría a llevar yo. Isa me estuvo guiando y por poco no nos perdemos, pero logramos llegar en media hora, la dejé en el portal y reemprendí la marcha hacia mi casa cuando vi que ya estaba dentro del edificio. Al llegar, vi que Clara ya estaba en casa.
-Hola amore-saludé.
-Laura, de verdad que siento lo de antes...
-Olvídalo, sólo ha sido un mal recuerdo, pero estoy bien, lo prometo-la interrumpí.
-¿Has hablado con tu madre?-cambió de tema.
-La verdad es que no, me encontré con Isa y se vino conmigo a hacer la compra, hemos estado hablando y acabo de llegar de dejarla en casa-respondí.
-Entonces eso quiere decir que ya estáis más que bien, ¿no?
-Sí-le sonreí.
-Me alegro un montón-me devolvió la sonrisa.
Me senté junto a ella y nos pusimos a ver la tele hasta que decidimos ponernos a preparar la cena. Había sido un día un poco extraño pero bueno.
A la mañana siguiente, me desperté temprano ya que tenía que ir a trabajar y debía prepararle el desayuno a Clara por a apuesta que habíamos hecho. Lo estaba terminando de preparar cuando tocaron el telefonillo.
-¿Sí?
-Hola-dijo una voz que me sonaba un poco-.Soy Isa, ¿me puedes abrir?
-Claro, sube-dije extrañada, pero le abrí.
Poco después, tocaron el timbre, abrí y me encontré a Isa y Carlos.
-Hola-los saludé y les dejé pasar.
-Como tu amiga dijo que nos podíamos acoplar, aquí estamos-dijo Carlos divertido-.He aprovechado que mi hermana sabía llegar y créeme que, dentro de nada, tendrás aquí a alguien más.
-Bueno, entonces pasad y sentaros mientras preparo más desayuno-reí levemente.
No conseguí que se sentaran y vinieron a ayudarme. Ya estaba todo casi listo cuando volvieron a tocar el timbre. Abrí y, en un par de minutos, me encontré con Auryn al completo con Isa en la cocina desayunando conmigo entre risas y conversaciones a una hora de tener que irme a trabajar y con Clara durmiendo al otro lado del piso. Solo sabía una cosa, como se despertara y entrara en pijama a la cocina... Íbamos a echarnos unas risas, aunque dudo que a ella le hiciera algo de gracia.

miércoles, 17 de julio de 2013

Capítulo 6: Cobarde.

*Isa*
Salí del tren, había llegado a Madrid en un abrir y cerrar de ojos.
Después de la boda, mi hermano me había dicho, que me mudase con él a Madrid, yo le insistí en que no quería molestarle, pero me explicó que a penas estaba en casa y que eso no sería problema porque yo no le molestaba.
Era el mejor y yo le adoraba.
Miré en todas las direcciones y volví a mirar mi móvil.
Carlos: Estoy ahí en cinco minutos.
El problema era que él, no estaba ahí.
Isa: Ya han pasado más de diez.
Carlos: Lo siento, no puedo ir a por ti, mando a alguien a recogerte ¿va? tu tranquila, nos vemos en un rato en casa ;) <3
Isa: Vale <3
Dejé el móvil en mi bolsillo del pantalón y seguí avanzando, ¿a quién habría mandado mi hermano a buscarme?
No parecía que nadie me estuviese esperando, y no había nadie que yo conociese.
Si al menos conociese Madrid, podría haber ido yo sola a casa de mi hermano y no le habría causado tantas molestias.
-¡Isa!- su voz hizo que un nudo se formase en mi garganta.
Me giré y le vi a lo lejos, venía hacia mí deprisa.
Cuando ya estaba a mi altura me miró sonriente.
-¿Que tal el viaje, piojo?- me encogí de hombros.
-Ya te he dicho que no me llames piojo.- Él rió y se acercó a darme un beso en la mejilla, algo recorrió todo mi cuerpo.
Después de lo que pasó en la boda, la cosa con Blas, había sido extraña, lo hablamos y llegamos a una conclusión, aunque yo no estaba de acuerdo.

/Flashback/
Blas y yo nos miramos, lo que acababa de pasarnos había sido increíble y extraño.
Después de un segundo de silencio, Blas decidió romperlo hablando.
-Yo creo...- dijo antes de mirarme a los ojos y mirar al suelo de nuevo- yo... Lo que acaba de pasar, no deberíamos decírselo a nadie, ¿no crees?- asentí- Esto ha sido extraño... Yo...
-Déjalo- dije mirando al suelo yo también.- Hagamos como si no ha pasado nada ¿es lo que intentas decir?
-Sí.
-De acuerdo, amigos y ya está.
-Amigos.
Pero nada volvió a ser lo mismo.
/Fin del flashback/

Blas cogió mi maleta y me llevó hasta su coche.
Nos montamos y comenzó a conducir.
-¿Donde vive mi hermano?
-Un poco lejos y más si pillamos atasco.- Me sonrió.
-Ah.
-¿Te pasa algo?
-¿A mí?- me hice la sorprendida, él asintió- Nada, ¿debería?
-No lo se, ¿ha pasado algo?- negué con la cabeza.- ¿Todo bien?
-Que sí.- Me miró arqueando una ceja.- Mira al frente.
-¿Qué te parece el nuevo disco?
-Está genial- dije sincera.
-¿Te gusta?
-Sí, sois increíbles.
-¿qué canción te gusta más?
-Sentado en un banco y Love taxi
-¿Y qué Auryn te gusta más?- sonrió de lado.
-Soy sombrerita.
-Eso no vale- dijo poniendo una mueca- Sin contar a Carlos.
-Creo que deberías saberlo.- Solté después de un momento- después de lo que pasó entre nosotros.
Blas se tensó y sonrojó.
-Y-ya hablamos de-e eso...- dijo tartamudeando.
-supongo que sí.- Dije mirándole indiferente.
Llegamos frente al edificio de mi hermano y Blas aparcó.
-Pero no me pareció bien- me acerqué a él y le besé.- Gracias por traerme- dije al separarnos.
Blas me miró con los ojos muy abiertos y sorprendido.
Bajé del coche y saqué mis maletas, me asomé a la ventanilla del asiento del conductor.
-¿Cuál es el número del apartamento de Carlos?
-Perdona- dijo bajándose del coche, agarró la maleta y me guió.
-Podía haber ido sola.
Entramos al edificio, después de que Blas sacase una llave y me la diese, llamó a un ascensor y nos montamos.
-No me estaba disculpando por eso- dijo cuando el ascensor se cerró.
-¿Y por qué entonces?- le miré haciendo como que no sabía de que iba la cosa.
-Ya lo sabes.
-No, no lo se.
Se acercó a mí y cerramos los ojos.
El ascensor se abrió.
-Vamos- dijo arrastrando la maleta por el pasillo.- Entiéndeme, no quería perder la amistad.
-¿Y crees que así estamos bien?
Paró en seco y me puso contra la pared.
-No, pero ¿como íbamos a estar sino?
Se oyó la puerta de la casa de mi hermano abrirse y Blas me soltó.
Pasé a su lado.
-Entiendo.- Dije- eres un cobarde.
Corrí hasta mi hermano y le abracé.
-Hola peque- dijo dándome un beso en la mejilla.- ¿Qué tal el viaje?
-Cansado, gracias por dejarme venir aquí.
-No tienes que darlas, gracias Blas- dijo cogiendo mi maleta y sonriéndole a Blas.
-De nada, sonrió y me volvió a mirar.- Bueno, yo tengo que irme, hasta mañana Carlos, espero que nos veamos pronto Isa.
Me despedí con la mano y se fue.
Carlos me enseñó todo el apartamento y me mostró la que sería mi habitación.
Más tarde llamé a Cris, ya que me había dicho que vivía cerca de allí.
Mi hermano se dio cuenta de que me pasaba algo, y no tardó en preguntarme, pero negaba a todo, me contó que se había encontrado la tarde anterior con Laura y sus amigas, y yo quería encontrarme también con ella, se merecía una disculpa por mi parte.
Al día siguiente mi hermano me llevó con él a uno de los ensayos de Auryn, me dijo que así saludaría y que con un poco de suerte, quizá me encontrase a Laura en la cafetería en la que se la encontraron ellos.
Llegamos al estudio y allí estaban ya todos los Auryn menos Blas.
-¡Ey petarda!- me saludó David antes de cogerme en brazos y darme una vuelta en el aire.
-Vas a seguir llamándome petarda `por mucho que te diga que no lo hagas ¿verdad?- David asintió.
Álvaro también me abrazó, Dani tuvo la misma reacción que David.
¿Se creían que era una muñeca voladora? En realidad me importaba poco, me encantaban estos chicos.
Blas entró y me miró sorprendido, yo le miré también.
-Ups, chicos, creo que sobramos aquí.- dijo David.
-¿Por qué?- preguntó Carlos.
-¿ En serio? - dijo David- Hasta Dani se ha dado cuenta tío.
-Pero, ¿de qué?
-uf... no tienes remedio- Álvaro suspiró.
Los chicos se pusieron a ensayar y yo aproveché para bajar con Álvaro a la cafetería a por unos refrescos para los chicos.
-No se lo tengas en cuenta.- Me dijo.
-¿Qué?
-A Blas, nos lo ha contado, menos a Carlos, claro, piensa que fuese a revés, qué tú fuese él, y te enamorases de la hermana pequeña de uno de tus mejores amigos.
-Si es mi amigo, no le importaría.
-¿Eso crees?- arqueó una ceja- Los chicos a veces somos idiotas y sobre protectores.
-Lo se...
Llegamos a la cafetería y ahí estaba Laura con otra chica de pelo oscuro y ojos marrones.
Le dije a Álvaro que tenía que hablar con Laura, que enseguida subiría, él accedió y me dijo que la saludase de su parte.
Me acerqué a la mesa y me puse tras Laura.
La otra chica me miró raro.
-¿Pasa algo?- me preguntó.
-Sí, me gustaría hablar con mi hermana, si no es mucho pedir.
Laura se giró y me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Tu eres Isa?- preguntó la morena mirándome.
-Sí, Laura, ¿podemos hablar en privado?
Esta accedió.
Nos pusimos cerca de la zona de los servicios y ella me miró.
-Te debo una disculpa, lo siento, de veras... No debí ponerme así contigo, no mereces que sea así, estropeé la noche, soy lo peor, no sabe lo que me arrepiento, de verdad... Lo siento, lo siento, lo siento...- Laura puso una mano en mi hombro.

*Blas*
Llegaba tarde al ensayo, me había quedado dormido, me había pasado toda la noche dándole vueltas a las palabras de Isa.
''Cobarde''
Cuando le conté a los chicos lo sucedido, estos me aconsejaron que le dijese lo que sentía.

/Flashback/
Me senté al lado de los chicos, Carlos se había quedado a dormir en su casa y a la mañana siguiente iríamos a por él para volver a Madrid.
-Blas, llevas desde que hemos vuelto de la boda muy raro, ¿pasa algo?-. me preguntó Álvaro.
-¿No será por una pequeña petarda?- preguntó David.
-Habéis dado justo en el clavo- dije, era imposible ocultarles algo, seguramente me lo sacarían tarde o temprano y mejor ahora que delante de Carlos.
-¿Que ha pasado?- preguntó Dani.
Les conté lo sucedido, como la besé sin querer y como acabamos besándonos de nuevo dos veces más.
-Te gusta.- Afirmó David.
-Sí, y creo que mucho- dije yo.
-Pues díselo.- Dijo Dani.
-No puedo- dije yo bajando la mirada.
-¿Por qué?- preguntó Álvaro.
-Porque es la hermana de Carlos, ¿como creéis que reaccionará él?
-¿Tu eres tonto?- preguntó Dani.
-Solo soy realista.
-De realista nada, lo que a ti te pasa es que te da miedo que ella te diga que no.- Dijo David.
-Entre otras cosas.
-Lo de Carlos es solo una escusa- dijo Álvaro- dile lo que sientes.
/Fin del Flashback/

Verla allí, con los demás, fue algo que me produjo una sensación muy extraña, quería que estuviese allí, pero a la vez no.
De verdad era un cobarde.
Isa bajó con Álvaro a por unos refrescos y a los pocos minutos subió este, solo.
Salí al pasillo a esperarla.
Cuando pasó la agarré del brazo y tiré de ella, hasta entrar en otra de las salas, que estaba vacía, cerré tras de mí.
-¿Para esto no te importa mi hermano?
-Isa, por favor, entiéndeme...- dije.
-¿Que entienda qué? que eres un cobarde por no decirme la verdad y por no decirle a mi hermano nada y al resto sí.
La agarré de la cintura y la acerqué a mí dejando nuestros labios muy cerca.
-Por favor, perdóname.- supliqué cerrando los ojos.
-¿Y que harás si lo hago?
Me acerqué a sus labios y la besé de nuevo, pero rápido pensé que esto no era lo mejor.
-Esto no es lo mejor.
-¿Como puedes decir eso?
-Porque lo se.
-Eres un cobarde.
Me soltó y salió de la habitación dejándome solo.
¿Por qué estar enamorado de ella me trastornaba tanto?

domingo, 7 de julio de 2013

Capítulo 5: Amigos

*Laura*
-A ver, a ver-dijo Clara-.Vuelve a repetírmelo porque creo que no me entero.
-Jo Clara, no es tan complicado-me quejé.
-Pero sí difícil de asimilar-dijo Alejandra-.Es que no nos cuadra que ahora seas algo así como la hermanastra de Carlos Auryn y te encontraras a Auryn al completo en la boda.
-Y que, para colmo, Dani te besara-añadió Clara-.Vuelve a explicarnos qué hiciste cuando te besó.
-Está bien-suspiré y me dejé caer en el respaldo de la silla de la cafetería en la que nos encontrábamos.
/Flashback/
Dani me estaba besando. ¡Me estaba besando! Era increíble porque... Me gustaba y... ¡Debía pararlo! Pero no sabía cómo. Mis manos estaban en su cuello así que aproveché que la lucidez volvió a mi mente, bajé las manos a su pecho y lo separé de mí.
-Dani no...
-¿Qué pasa?-me miró extrañado.
-Esto no debería haber pasado-dije apartándome de él.
-¿Por qué?-me cogió del brazo e hizo que lo mirara.
-Porque...-lo miré a los ojos y me perdí en su mirada. Sacudí la cabeza y volví a la tierra-Porque no, porque no somos nada y porque no deberías haberme besado.
-Primero, a ti también te ha gustado y segundo, el único impedimento para que te bese es que tengas novio y no lo tienes-dijo.
-¿Y si yo no quiero que me beses?-lo encaré.
-Si no hubieras querido no me habrías devuelto el beso-me señaló.
-¿Sabes una cosa?-volví a apartarme de él y encendí la luz-Piensa lo que quieras y ahora vete, ya hablaremos cuando estés vestido.
-¿Te incomoda que esté en calzoncillos?-preguntó con una sonrisa un poco extraña.
-Sí, me incomoda que estés en mi habitación en calzoncillos-respondí.
-Entonces, ¿me visto y vuelvo para terminar de hablar o desayunamos mañana juntos?-preguntó pícaro acercándose a mí.
-¿Qué te parece si te vas y si algún día volvemos a vernos, hablamos?
-Vale, tú lo has dicho-me guiñó, me dio un beso en la mejilla y se fue.
¡Estaba loco!
/Fin del Flashback/
-Después de eso, me lo volví a cruzar en la recepción del hotel con los chicos, me despedí de ellos con dos besos, cogí el coche y aquí estoy-suspiré dando por finalizado mi historia.
-Te gusta-afirmó Clara.
-Paso de él, es famoso ¿por qué se iba a fijar en mí?-pregunté obvia-Fui un estúpido beso, nada más.
-Definitivamente eres tonta-me dijo mi amiga.
-Gracias-dije irónica.
-¿Qué harás cuando vuelvas a verlo?-preguntó Alejandra que había estado un rato callada mirando hacia la nada.
-No creo que vuelva a verlo y menos de cerca-respondí.
-Yo no estaría tan segura-dijo señalándome con la mirada hacia un punto detrás de mí. La miré extrañada sin volverme, por si las moscas-.Están entrando los cinco componentes de Auryn en este mismo momento por la puerta de la cafetería.
-¿Qué?-pregunté abriendo mucho los ojos.
-Es verdad-dijo Clara-.Jo, que guapo está Carlos.
Reímos por el comentario de nuestra amiga.
-¿Qué piensas que harán si te ven?-me preguntó Alejandra.
-Me apuesto lo que quieras a que Dani se me acerca y me llama Margarita Flores del Campo-respondí segura y Clara soltó una carcajada-.Calla, escandalosa.
-¿Qué pasa si no te llama así?-me desafió Clara.
-Te hago la cama durante un mes-ofrecí.
-La cama y el desayuno-añadió.
-Hecho-asentí-.Pero, si me lo dice, le dirás a Carlos que está guapísimo con su nuevo look.
-Y le darás un beso en la mejilla-añadió Alejandra y le choqué la mano.
-Asquerosas-susurró mirándonos mal y suspiró-.Hecho. Pero si no se nos acerca no hay trato.
-Exacto-dije.
-Bueno, ¿y qué tal la boda?-preguntó Alejandra para cambiar de tema.
-Bastante bien, mi madre se veía feliz y radiante-sonreí al recordar la cara de felicidad de mi madre aquel día.
-¿A dónde se han ido de viaje de novios?-preguntó Clara.
-A un crucero por los Fiordos Noruegos-respondí.
-Vaya-dijo Alejandra sorprendida-.Estará genial.
-Bastante-reí levemente.
-Una cosa-dijo Clara pensativa.
-Dime-la miramos.
-Si Carlos y tu madre se han ido de viaje y Carlos tendrá que volver aquí con Auryn, ¿qué ha pasado con Isa?-preguntó curiosa.
-Ni idea-me encogí de hombros-, supongo que se habrá quedado con su madre.
-Ah-asintió.
Una cabezita se movió un poco desde una mesa un poco lejana a la nuestra por detrás de Clara, me miró, me sonrió y me saludó con la mano. Le devolví la sonrisa y le saludé de la misma manera.
-¿A quién has saludado?-preguntó Alejandra mientras me miraban curiosas.
-A Carlos, están ahí detrás-hice una seña con la cabeza hacia ellos.
-¿Vendrán?-preguntó Clara.
-No lo sé, pero por ahora no-respondí.
-Cambiando de tema, tengo que pediros algo-nos dijo Alejandra.
-Dinos-dijimos Clara y yo a la vez.
-Le han propuesto a la empresa de mi padre que organice una fiesta bastante importante y necesito que me ayudéis porque, me ha puesto que prepare yo sola esa fiesta pero... Necesito ayuda y sé que me la podéis dar vosotras porque sabéis sobre famosos más que yo-nos contó.
-¿Más de famosos?-pregunté riendo.
-Y, en el caso de Clara, más sobre moda-asintió-.Chicas, si no fuera de vida o muerte, no os molestaría, pero es que es muy importante para mi padre.
-Tranquila, puedes contar con nosotras-dijo Clara.
-¿Cuando es la fiesta?-pregunté.
-Dentro de dos meses-respondió.
-¿Y qué necesitas?-preguntó Clara.
-Música de ambiente entre actuación y actuación, cómo decorar el local...
-Un momento-la corté-, ¿entre actuación y actuación?
-Sí es que... Es una gala a la que asistirán muchos famosos, entre ellos, cantantes, actores...-enumeró-¿Veis por qué necesito ayuda?
-Dios mío-dijo Clara asombrada-.Tú padre es importante ¿eh?
-Más bien su empresa se está haciendo famosa e importante y eso está bien, porque estaba pasando por un bache, pero no sé organizar una buena fiesta y menos para famosos y estoy atacada de los nervios-hizo un gesto con las manos y reímos.
-Bueno, cuenta con nosotras y a ver qué conseguimos hacer para que quede bien, ¿no?-dijo Clara.
-Claro, puedes contar con nosotras-le sonreí.
-Muchísimas gracias, chicas-nos sonrió.
-Por nada, para eso estamos-dijo Clara.
Seguimos un rato hablando de nuestras cosas y de risas, cuando vi a Dani levantarse de la mesa y venir hacia nosotras.
-No, Dani viene hacia aquí-le susurré a las chicas.
-¿Quién ganará la apuesta?-preguntó Alejandra con una sonrisa de pilla que hizo que Clara y yo la miráramos mal.
Afortunadamente, o eso creo, Dani pasó de largo. Suspiré de alivio y las chicas se rieron.
-¿Se puede saber de qué os reís?-las miré con odio.
-De que estás nerviosa, no puedes negar que ese rubito te pone nerviosa-canturreó esto último Clara.
-¿Cómo no me voy a poner nerviosa después de lo que pasó en el hotel?-le pregunté obvia.
-Oh, oh-dijo Alejandra mirando un punto detrás de mí.
Iba a preguntarle qué pasaba, pero no me dio tiempo ya que un cuerpo se puso detrás de mí apoyando las manos en los reposabrazos de la silla en la que estaba sentada.
-¿Podemos hablar un momento?-preguntó haciendo que me pusiera tensa y un nudo se instalara en mi pecho.

*Dani*
Después de lo ocurrido con Laura, hablé con los chicos, me había pasado un poco al besarla así por la cara y necesitaba pedirle disculpas, estaba un poco tocado por mi ruptura con Danae e hice algo que lo que me arrepentí.
Al volver a Madrid, estuvimos un poco liados con algunos asuntos de nuestro nuevo disco, así que dejé ese tema un poco apartado. Uno de esos días, estábamos un poco agobiados, así que decidimos bajar a una cafetería a tomar algo para airearnos. Nos sentamos en una mesa y, al poco rato, vi como Carlos saludaba a alguien.
-¿Quién es?-preguntó David curioso.
-Laura-respondió y lo miramos extrañados-.La hija de la mujer de mi padre.
-Anda Dani, puedes aprovechar hoy y hablar con ella-dijo Blas.
-No sé... ¿Qué le digo?-pregunté mirándolos.
-Lo que quieras decirle, no sé un perdón por ejemplo-dijo Álvaro.
-Está bien-dije después de haber cogido aire y asentí.
-Tú puedes-se burló David y lo miré mal.
Me levanté y, cuando casi llegaba a la mesa, me puse bastante nervioso y decidí ir primero al baño. Era idiota, ¿qué me pasaba? Al mirar en una de las mesas vi a mi ex novia con su ahora novio, justo con el chico con el que me engañó, parecían muy felices... Pues por mí que hicieran lo que quisieran. ¿A quién quería engañar? Aún me dolía...
Cogí aire y volví a la mesa. Me puse tras ella y apoyé las manos en el reposabrazos de la silla donde estaba sentada.
-¿Podemos hablar un momento?-pregunté y noté cómo se puso un poco tensa.
-¿De qué?-me miró por el rabillo del ojo.
-Tengo algo que decirte y, en el hotel, me dijiste que hablaríamos cuando volviéramos a vernos-le señalé.
-Está bien-suspiró.
Me erguí, ella se levantó y le dijo a sus amigas que volvía después y nos fuimos a la zona de los baños para poder hablar más tranquilamente.
-Verás, Laura, yo... Quería pedirte perdón-dije cortado.
-¿Perdón?-me miró extrañada.
-Sí, por lo que pasó en el hotel... No debí besarte ni comportarme como un chulo contigo, lo siento-dije sincero.
-No pasa nada-me sonrió-.Yo tampoco debí haberte hablado así.
-Un poco me lo merecía-reí levemente-.¿Te parece si empezamos de nuevo?
-Vale-asintió.
-¿Amigos?-extendí mi mano y ella me la dio.
-Amigos-sonreímos y volvimos fuera.
Vi a Danae mirándonos, pero decidí pasar de ella y, tras acompañar a Laura a su mesa y saludar con un hola a sus amigas, volví con los chicos.
-¿Qué tal?-preguntó Carlos.
-Me he disculpado, ha aceptado mis disculpas y somos amigos-respondí.
-Eso está bien-asintió David-.¿Nos acercamos a ella al menos para saludarla un rato?
-Venga-dijo Carlos.
Nos levantamos, cogimos nuestros vasos y fuimos hasta la mesa donde estaba Laura y las otras dos chicas.
-Hola-dijo Carlos con toda su cara-.¿Qué tal?
-Hola-dijo Laura alegre, se levantó y les dio dos besos a todos los chicos-.¿Os sentáis con nosotras?

-A eso veníamos-rió David y ella con él.
-David, Carlos, Dani, Blas y Álvaro, ellas son Dolores fuertes de Cabeza, más conocida como Clara, y Alejandra-nos presentó a sus dos amigas.
-Encantados-las saludamos con dos besos.
Cogimos una mesa y sillas y la unimos con la suya.
-Dolores, es un gusto conocerte al fin, el día del centro comercial solo pude escuchar tu voz-bromeé.
-Igualmente, chico del foto-matón-me guiñó-.Por cierto, a partir de mañana hasta dentro de un mes, Laura preparará el desayuno en nuestro piso, así que si un día queréis venir a desayunar... No creo que haya problemas, ¿verdad Marga?
Miré a Laura y vi cómo le lanzaba una mirada de odio a su amiga, reí por lo bajo.
-Hombre no estaría mal-dijo Carlos-, ¿me invitas?
-Yo por mí sí, solo queda saber la opinión de Lau-dijo ella.
-Claro, veniros-respondió.
Estuvimos todo lo que quedaba de tarde con ellas entre risas y conversaciones de todo un poco. Eran bastante simpáticas y, al haberle pedido perdón a Laura por lo sucedido en Alicante, entre Laura y yo, no había nada de incomodidad. Habíamos comenzado una buena relación de amigos.