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viernes, 10 de enero de 2014

Capítulo 11: Mi mejor decisión

*Dani*
Magí nos comentó que nos habían invitado a una fiesta benéfica que se celebraría ese mismo fin de semana, así que estábamos hasta arriba ensayando para los próximos conciertos y viendo qué cantaríamos en aquella fiesta.
-Isa, ¿vendrás?-le preguntó Magí.
-Si puedo, claro-le sonrió.
-Sí, los artistas pueden llevar invitados-le contestó.
-Entonces cuenta con ella-dijo Carlos.
-¿Puedo llevar a una amiga?-preguntó.
-No creo que haya problema si va también con los chicos-nuestro mánager se encogió de hombros.
-Por mí no hay problema-dijo Carlos mirándonos y nosotros asentimos de acuerdo.
Magí salió del estudio hablando por teléfono y yo miré a la hermana de mi amigo.
-¿Te referías a Laura?-le pregunté.
-No, se llama Cristina-respondió con media sonrisa.
-¿Por qué no la invitas tú y le dices que si puede venir su amiga?-me propuso Carlos.
-¿Clara?-lo miró Isa pícara.
-Sí, como quedaste el otro día con ellas...-desvió la mirada.
Todos reímos y yo decidí hacerle una visita a Laura por la tienda, así que le pedí a Isa la dirección. Me la dio sin dudar y me fui, ya que el ensayo continuaría por la tarde.
Entré a la tienda y la vi atendiendo a un par de chicas. Me puse a mirar por las estanterías algunos CDs para intentar pasar de inadvertido, pero no funcionó.
-Los de Auryn están justo detrás-dijo una voz divertida a mi espalda.
-Escucho ya bastante a Auryn todos los días-dije de igual forma girándome hacia ella.
-Hola-me sonrió.
-Hola-no pude evitar que se me contagiara su sonrisa.
-¿Qué tal?-preguntó ordenando algunos discos en sus lugares correspondientes.
-Bien, en un rato libre que tengo-reí levemente-¿y tú?
-Bien, trabajando-se encogió de hombros.
-¿Te queda mucho para salir?-pregunté.
-Quince minutos-respondió mirando un gran reloj en la pared.
-¿Te puedo invitar a comer?-pregunté cortado rascándome la cabeza.
-Vale-asintió sonriendo.
-Genial-le devolví la sonrisa y monté una fiesta en mi interior-.Voy a mirar algunos CDs para no molestarte y que no te regañen.
Ella rió y me quedé a su lado mirando CDs.
-Laura ¿ya es...?-se quedó callada al verme.
Y yo helado al verla. Danae... ¿Trabajaba ella ahí con Laura?
-Dime-dijo mi amiga.
-No, nada-sonrió mirándome-.¿Qué tal, Dani?
-Bien, gracias-seguí con lo que estaba haciendo.
-¿Aún no me perdonas?-alzó una ceja.
-Paso de ti, que es mejor-respondí tratando de sonar indiferente.
-Sé que aun no me has superado-sonrió cínicamente.
La puerta se abrió y, por ella, entró un hombre de mediana edad.
-Buenas, chicas-dijo alegre.
-Hola-contestaron las dos casi al mismo tiempo.
Cogí un CD que me había interesado y me gustaba.
-Laura, ¿podrías cobrarme?-pregunté queriendo salir de allí rápidamente.
-Claro-respondió y fuimos hasta el mostrador.
Le pagué, le susurré que la esperaba fuera y salí de allí. Diez minutos después, salía Laura con cara extraña y un poco cabizbaja.
Fuimos hasta un bar cercano y nos sentamos en la primera mesa que vimos libre. Estuvimos mirando la carta en silencio, pero no pude evitar notar como Laura estaba seria y callada así que le pregunté en cuanto el camarero apuntó nuestros pedidos.
-Has salido de la tienda algo seria, ¿ha pasado algo?-pregunté buscando su mirada.
-Lo de siempre, mi jefe se va cuando ya estamos las dos dependientas y vuelve cuando toca cerrar para hacer las cuentas en la caja, mi compañera aprovecha eso para encerrarse en la parte de atrás de la tienda y sale justo a tiempo y siempre contesta a nuestro jefe diciendo que el día es tranquilo-soltó de golpe-.No me importa, que diga lo que quiera, pero estoy cansada, ella esta de doble turno y se los pasa sentada en una silla mientras que yo, después de salir de la tienda, tengo que ir a comer rápido para ir a la universidad y, precisamente hoy, ha sido un día demasiado ajetreado y lleno de clientes.
-¿No te ayuda?-pregunté asombrado.
-Para nada, es como si trabajara yo sola-bajó la mirada-.Pero no puedo hacer nada.
-Claro que sí, quéjate-le propuse-.Además, no creo que tu jefe no se haya dado cuenta al ver que la caja está más llena que si hubiese sido un dia tranquilo y casi sin clientes.
-¿Sí?-me miró curiosa.
-Dudo que sea tan tonto y he visto las cámaras que hay en la tienda-dejé caer.
-No había caído en eso...-dijo pensativa-.Una cosa, espero no ser entrometida, ¿conoces a mi compañera?
-Más de lo que me gustaría...-suspiré.
-¿Quieres contarme?-preguntó con media sonrisa-Puedes confiar en mí.
Esperé a que el camarero dejara nuestros platos sobre la mesa para comenzar a contarle mi penosa historia.
-Es mi ex novia-removí la comida con el tenedor-.La conozco desde hace bastante y me gustó desde un principio, yo a ella también, así que nos hicimos novios. Pero me engañó con otro, su actual novio, y se burla de mí porque piensa que aún no he superado lo ocurrido-apreté la mano izquierda en un puño.
-¿Lo has hecho?-puso su mano sobre la mía.
-No lo sé-abrí la mano y la dejé estirada debajo de la de ella.
-Piénsalo-me acarició la mano.
-¿Qué me aconsejarías?-la miré atento y atrapé su mano con la mía para no dejar de notar su calor.
-Primero que lo pienses, debes tenerlo claro para poder enfrentarla-respondió.
-¿Y luego?
-Seguir con tu vida haciendo a Danae a un lado-me miró a los ojos.
Le sonreí, tenía razón, si no hacía a la pelirroja a un lado quizá nunca pudiera querer a alguien como se merecía... Iba a meditarlo muy bien y luego pasaría a la acción.
Terminamos de comer y después la acompañé a su coche ya que se tenía que ir a la universidad, estaba en sus últimos días de clase, lo que quería decir verano en puerta.
Fui al estudio y seguimos con el ensayo que dejamos de lado por la mañana.
-Oye Dani-me llamó la atención Isa cuando estábamos recogiendo-.¿Le has dicho a Laura lo de la fiesta?
-Mierda-me di un golpe leve en la frente-, se me ha olvidado.
-¿No ibas a ir a verla a la tienda?-preguntó David curioso.
-Y he ido, pero me he olvidado completamente de comentarle lo de la fiesta-puse una mueca.
-¿Y eso?-preguntó Blas extrañado.
-Porque me he encontrado a Danae-resoplé-.Es la compañera de trabajo de Laura.
-¡¿Esa bruja es la floja que dice trabajar con Lau?!-exclamó Isa.
-Ajá-asentí.
-Cuéntanos qué ha pasado cuando la has visto-me dijo Álvaro.
-Nada, se ha burlado de mí, para variar, y me he dado cuenta de que es más falsa de lo que pensaba-suspiré.
-¿Qué vas a hacer?-Carlos me miró curioso pero serio.
-Dejarle las cosas claras de una vez por todas a esa arpía pelirroja-dije firme.
-Cuenta con nosotros-me dijo David.
Les sonreí y terminamos de recoger las cosas para poder irnos. Yo fui pensando y, al final, decidí ir a la tienda de música.
Había una cola de cinco personas, otras seis entre las estanterías y una sola dependienta que no era precisamente Danae. Negué con la cabeza y me giré para irme cuando me crucé con el dueño de la tienda.
-Hola-le saludé.
-Hola-me miró curioso-.¿Te vas?
-Sí, hay mucha gente y no tengo mucho tiempo, además, creo que la dependienta está demasiado agobiada ella sola-solté como quien no quiere la cosa.
-¿Sola?-miró al mostrador y se dirigió hacia él.
Sonreí y salí de la tienda, ahora iría a casa de Laura, esperaba que estuviera.
Al llegar, toqué el interfono.
-Hola-dijeron.
-Hola, ¿está Laura?-pregunté a esa voz que me sonaba un poco.
-No, aun no ha llegado, tenía examen así que volverá tarde-respondió-.¿Quieres subir o algo?
-No, dile que he venido a buscarla, pero que mañana pasaré por la tienda para hablar con ella-contesté-, soy Dani.
-Vale, yo se lo digo-sonó divertida.
-Adiós.
Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y me fui a mi casa.
Al día siguiente, antes de pasar por el estudio, pasé por la tienda, justo las pillaba a las dos. Sonreí y me acerqué al mostrador.
-Hola Laura-le sonreí.
-Buenos días-me devolvió la sonrisa mientras le daba dos besos.
-Hola-dijo Danae.
-Ayer fui a tu casa, pero no estabas-pasé de la pelirroja.
-Sí, me lo dijo Clara, ¿querías algo?-preguntó curiosa
-Saber si tienes algo que hacer el sábado-respondí-.Nos han invitado a una fiesta y quería saber si podrías venir.
-Lo siento, pero ya tengo planes-se disculpó con una mueca.
-No pasa nada, pero te invito otro día a comer-la señalé.
-Voy si me dejas pagar-me dijo.
-Me lo pensaré-reí-.Nos vemos.
Le di dos besos y me fui hacia la puerta, pero Danae me interceptó desde uno de los pasillos.
-No soy un cuadro de la pared para que pases de mí de esa manera-me fulminó con la mirada.
-Para mí, sí-le dije tranquilamente-.No eres nadie para mí, parece que la que no me ha superado aún eres tú.
Le sonreí cínicamente y me fui hacia el estudio más ligero, me había quitado un buen peso de encima.
Mi mejor decisión en los últimos días, darle puerta a esa odiosa.