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lunes, 14 de julio de 2014

Capítulo 12: El uno para el otro.

*Blas*
Viernes, ya era ese viernes justo antes de la fiesta, Isa y yo estábamos en mi apartamento, acurrucados en el sofá comiendo palomitas y viendo una película. Aún nadie lo sabía, ella fue la que le pidió discreción hasta que encontrásemos la forma más adecuada de decírselo a Carlos. Aunque los chicos ya se olían y las chicas, decían que se nos veía diferente, más felices.
-Vale, ese seguro que acaba con la morena- dije mientras cogía otro puñado de palomitas y me llenaba la boca.
-¿Por qué crees eso?- preguntó girando la cabeza para poder tener mejor vista de mi.
-Sólo hay que ver como se miran, ahí hay algo, él está coladito por ella.
-No, yo creo que ella va a acabar muriendo.
Entonces la miré con los ojos muy abiertos.
-¿Por qué crees eso?
-Es una película con un título y una música triste, además de que tiene un triángulo amoroso.
-¿Así resuelves tu los problemas?. Hala, quitamos a uno de en medio y a seguir la vida.
Yo solté una carcajada y a los pocos segundos ella me siguió.
-¿Cómo se lo vamos a decir a tu hermano?- solté de golpe y se hizo el silencio un momento.
-No lo se... Es complicado, y no creo que se lo valla a tomar muy bien.
-Eso me temo...
Isa y yo decidimos que lo mejor sería decírselo en la fiesta del sábado, ya era hora de hacerlo público entre nosotros, no me gustaba la idea de estar a ''escondidas'' y de que viniese a casa con la escusa de que iba a ver a Cris, Carlos podría hablar con ella.
-Decidido, mañana- suspiré- se lo diremos.
-Tranquilo, no creo que se lo tome tan mal.
La tarde pasó y Carlos le envió un whatsApp en el que le  preguntaba a Isa si tenía idea de la hora que era y de que si tenía pensamientos de volver a casa esta noche. Entonces la miré pícaramente.
-Bueno, si quieres quedarte- dije mientras la abrazaba.
-No creo que sea buena idea, aunque me tienta la idea.- Dijo mientras alzaba una ceja de forma pícara.
Solté una pequeña carcajada y la besé, cada vez que la besaba notaba una sensación de millones de mariposas en mi interior revoloteando, pueden llamarme cursi, pero es lo que se siente cuando te enamoras.
Llevé a Isa en coche hasta la puerta de casa y cuando me aseguré de que había entrado me dispuse a marcharme cuando alguien se montó a mi lado.
-Hola, Blas- me saludó.
-¿Qué haces aquí tan tarde?- le pregunté nervioso.
-Podría preguntarte lo mismo, pero ya se la respuesta así que...
-Dani...- suspiré mientras arrancaba el coche.
-Estaba dando una vuelta.
-¿Dando una vuelta? ¿a esta hora?
-Vale, estaba en la salida de la universidad de Laura, estaba esperando a que saliese.
-Y tú dices que no estás enamorado...
-Pues igual que tú, sin embargo Isa acaba de bajar de tu coche.
-Bueno, creo que necesito decírselo a alguien....
-¿Decirme el qué?
-Isa y yo estamos saliendo juntos, mañana lo vamos a hacer oficial ante Carlos.
-Suerte.- Me puso la mano en el hombro y me dio una palmada.- Y enhorabuena.
-Gracias.
-Ya era hora.
Dani comenzó a bromear hasta que le dejé en casa y yo llegué a la mía. Me duché y me acosté a dormir, estaba agotado. El día siguiente pasó algo rápido hasta la hora de ir a la fiesta, me arreglé y miré el whatsApp, que no dejaba de sonar por un grupo que tenía con los chicos.
Álvaro: Tios, sois unos tardones, TODOS -.-''
Dani: Joer, ya solo me queda la ropa. 
David: Pues ya la hemos hecho buena, Dani para vestirse se tira horas! >.<
Dani: Ja ja ja -.-''
Blas: Yo ya voy a llegar.
Carlos: Isa y yo estamos en la puerta y no te vemos.
Entonces Isa me envió un whatsApp por separado.
Isa: Eso es lo que le digo yo a mis amigas cuando aún estoy saliendo de casa...
Blas: Me conoces demasiado y no llevamos ni un mes :O
Isa: Los años son los años ;)

Blas: jajaja 
Dejé el móvil y me monté en el coche, conduje lo más rápido que pude por las calles de Madrid, que un sábado no es sencillo. Logré aparcar, lo que me pareció milagroso y caminé por la calle.
Llegué al fin a donde sería la fiesta y me encontré a Isa, apoyada en la pared con el móvil en la mano, estaba preciosa, llevaba un vestido que le cubría por debajo de los muslos, era de color blanco con un cinturón alto de color negro, llevaba unos tacones altos, muy altos, de color negro, llevaba los ojos pintados de una forma que le resaltaba el color del iris y el pelo lo llevaba totalmente liso, mi chica era preciosa, nadie podía negarme eso.
Me acerqué a ella y le tapé los ojos, lo que hizo que se sobresaltase, y después que sonriese.
-¿Blas?
-¿Quién es Blas?
-El chico del que estoy enamorada.
-Pues es un chico con mucha suerte.- Dije y le quité las manos de los ojos para poder besarla.
Pero nos soltamos deprisa porque oímos a Carlos a pocos pasos de nosotros, y queríamos hacerlo bien.
Cris estaba también con ellos, era una chica muy guapa, llevaba el pelo recogido, un vestido de color verde más o menos del mismo tamaño que el de Isa, pero muy pegado y unos tacones altos de color plata.
-Hola.- Me saludó dándome dos besos.
El resto de los chicos llegó y nos saludamos unos a otros, después pasamos a la fiesta, donde, una sorpresa nos alegró la noche.
-¿Te molestaría si me acercase a bailar con ella un momento?
-Para nada, pero prométeme que después bailarás conmigo.- Me dijo Isa y yo le hice un signo con las manos.
Los chicos no se habían dado cuenta, menos Carlos, así que tan sólo nosotros dos nos acercamos.
-Hola preciosa, no sabía que te encontraría en un lugar como este.- Le dije de una forma un tanto ligona y ella se giró hacia mí.  Al vernos sonrió.
-Pues lo mismo que tú, supongo.
-Bueno, me parece que tu amiga y tu estáis muy solas, y eso no me gusta, las chicas bonitas no deben estarlo- dijo Carlos.
-Bueno, es que hace mucho que las chicas bonitas podemos arreglarnoslas solas.- Dijo Clara y Carlos y yo sonreímos.
-¿Bailarías conmigo?- le dije a Laura.
-Por supuesto.- Me dijo.
Entonces Carlos sacó a Clara y por raro que parezca, Dani a Isa, en medio de la pista nos vieron y Dani abrió mucho la boca, Isa soltó una pequeña carcajada y se acercó a darle un beso en la mejilla a cada una.
-Hola.- Se saludaron.
Bailamos un poco más y una canción lenta empezó, bueno, más bien el repertorio de canciones lentas.
-Si no te importa le prometí a alguien muy especial que bailaría con ella.
Laura sonrió y asintió.
Me acerqué a Isa y le coloqué las manos en la cintura, me pegué un poco a ella y sonrió tímida, muy pocas veces sonreía de esa forma, y la verdad, me gusta que lo haga.
Sentí unas cuantas miradas sobre nosotros, pero preferí ignorarlas, no quería que nadie estropease este momento tan bello que estábamos pasando Isa y yo.
Coloqué mi cabeza sobre su cabello  y cerré los ojos intentando guardar este momento para siempre.
Isa y yo dábamos vueltas por la pista, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, parecía que hubiesen sido creados para esto, para permanecer unidos siempre. Isa separó un poco la cabeza y me miró a los ojos, después pegó sus labios a los míos de una forma tan dulce que jamás me hubiese imaginado que existiera. Este momento no podía estropearse con nada, no, no podía.
Nos separamos un momento y sonreí.
-Creo, que te quiero.-Le susurré sobre los labios y sonrió.
-Creo que yo también te quiero.- Dijo sonriendo de su misma forma.
La canción acabó, nosotros nos separamos y miramos a nuestro alrededor, los chicos aplaudían y Carlos permanecía muy serio, nos miraba con los ojos muy abiertos, y no hacía ningún movimiento.
-Carlos, yo...- Comenzó Isa,  hice un gesto, quería ser yo el que hablara con mi amigo.
-Se que puede resultarte extraño, y te pido perdón por enamorarme de tu hermana,- suspiré, tragué saliva y continué hablando- se que no está bien que uno de tus mejores amigos salga con tu hermana pequeña, pero no puedo evitarlo,- me agarró de la mano y fijó sus ojos en mi- cuando miro a Isa, no puedo evitar sonreír como un tonto enamorado, que es lo que soy, te prometo que intenté alejarme de ella, lo intenté con todas mis fuerzas, pero solo logré enamorarme aún más y hacerle mucho daño, a los dos nos hice daño, se que tendrás ganas de pegarme en la cara, y si eso te hace sentir mejor, dejaré que lo hagas, pero no pienso olvidarme de tu hermana, la quiero, ahora lo se, es más, creo que hace mucho que lo sabía y me daba miedo decirlo en voz alta, así que espero que entiendas que contra el amor, nada se puede hacer.
Carlos permaneció un momento muy largo en silencio, todos esperábamos expectantes lo que fuera a decir, y entonces, endulzó el rostro, cerró los ojos y los volvió a abrir, sonrió ampliamente y nos abrazó.
-Mi hermana y uno de mis mejores amigos, eso no se ve todos los días.- Dijo divertido.- Sabía que estaba pasando algo entre vosotros dos, pero no me habría imaginado nunca que fuese esto.- El tono de Carlos parecía feliz, pero yo notaba algo amargo en todo esto, por mucho que dijese que estaba bien, no lo estaba, esto no le hacía mucha gracia y tardaría mucho en darse cuenta de que lo único que quería era hacer feliz a su hermana.
Los demás nos pasaron a Isa y a mí uno de los brazos sobre los hombros y comenzaron a decir cosas del tipo ya era hora, o se veía venir.
Acerqué a Isa a mí y la besé, deseaba besarla una y otra vez hasta que nuestros labios se desgastasen, pero recordé que no estábamos solos y debíamos guardar un poco las distancias, por Carlos.

Los días comenzaron a pasar, y aunque me estuviese costando la vida, apenas vi a Isa en cuatro días. Las cosas al final no habían salido tan bien con Carlos, durante los ensayos no me miraba casi nunca y cuando lo hacía era más bien con odio, no se llevaba a Isa y yo no quería montar una pelea yendo a su casa a verla. Pero me hacía falta, y de una forma casi sobrehumana.
-¡Noche de cine!- gritó Álvaro mirándonos a todos en el ensayo.
-¡En casa de David!- dijo Dani en el mismo tono, yo lo había olvidado por completo, estaba tan centrado en volver a ver a Isa que no prestaba atención al resto de cosas que sucedían a mi alrededor.
-Hace mucho que no quedamos en casa de Carlos, se está escaqueando de lo lindo.- Dijo David.
-Sí, es que ahora estoy arreglándolo todo un poco, por eso de que Isa se ha marchado.
-¿Qué?- dije casi en un susurro, no me había dicho nada, ¿a donde se había ido?, ¿cuando? ¿por qué?.
-Sí, se ha mudado a su propio piso, lleva días ilusionada con eso, además, encontró trabajo en una cafetería y desde entonces está con la idea en la cabeza de vivir sola.- Dijo Carlos, sin mirarme.
-Bueno pues os quiero allí a las ocho.- Dijo David antes de salir por la puerta.- Ni un minuto más ni uno menos.
-¡Sí!- gritamos todos a la vez.
Llegué a casa y me senté en el sofá, era un sofá bastante grande para una sola persona, estaba pensado para familias, pero, por ahora no he formado aún la mía, ¿o sí?.  Los chicos son mi familia, sin lugar a dudas, pero, ¿podría Isa llegar a formar parte de esa familia?. Sí.
Deprisa cogí mi móvil cuando comenzó a pitar, eran las ocho menos veinte, la casa de David estaba a unos cinco minutos en coche, diez andando, decidí ir andando, abrí el WhatsApp y se me iluminó la mirada al ver que era Isa.
Isa: Hola!! hace días que no te veo y te hecho de menos :(
Blas: Yo también te hecho mucho de menos, pero con eso de que Carlos se lo ha tomado medio mal.... 
Isa: umm, crees que puedes pasarte ahora a esta dirección?
Isa me mandó una dirección, no había estado ahí en mi vida, pero por estar un rato con ella me arriesgaría.
Blas: Por supuesto!
Salí de mi casa y anduve unas cuatro manzanas a la derecha, hasta que di con la dirección que me había dicho Isa por watsApp. La llamé por teléfono y a los pocos minutos bajó hasta donde yo estaba, me dio la mano y caminamos unos segundos hasta la entrada de un edificio.
-Quiero enseñarte algo.- Dijo sonriendo, tenía los ojos brillantes de la emoción.
Subimos en el ascensor hasta el décimo piso, el ascensor se abrió y salimos, estábamos en el ático de aquel edificio. 
Isa sacó una llave y la introdujo en la cerradura, pasamos y me quedé con la boca abierta.
Era un apartamento de dos pisos, con salón-comedor, cocina abierta, un pequeño patio, dos baños, un despacho y una habitación en el segundo piso.
-¡Wow!- exclamé.
-¿Te gusta?- me preguntó.
-Me encanta, es genial.- Dije.
-Me he mudado hace dos días, es que ahora tengo trabajo y no me gusta depender de mi hermano, ¿sabes?, no se, sobretodo ahora que se ha vuelto todo tan incómodo, se que no durará pero, prefiero vivir sola y poder salir y entrar de casa sin que nadie me pregunte que hago o a donde voy.
Isa iba a comenzar a ir a la universidad, y eso también lo añadió a la lista, poder quedarse estudiando sin molestar hasta las tantas. La entendía.
Isa me pasó las manos por el cuello y me besó de nuevo, puse mis manos en su cintura, la alcé en el aire y ella enganchó sus piernas alrededor de mi cintura, la echaba de menos, y ella a mí también, llevábamos poco juntos y no quería estropearlo con lo que seguro, estábamos a punto de hacer.
Caminamos hasta el sofá de tela negra y me caí sobre ella, los dos soltamos una pequeña carcajada que se acabó pronto ahogándose en un beso, besé el cuello de Isa, lo que la hizo suspirar pero no porque le molestase, era un tipo de suspiro diferente. Me miró a los ojos y sonrió, después me besó de nuevo y acarició mi espalda con suavidad bajó las manos y tiró de mi camiseta hacia arriba hasta quitármela del todo, miró un momento mi cuerpo y se mordió el labio, le puse el dedo sobre la boca para que dejase de hacerlo y la besé otra vez. 
-No creo que esto sea buena idea...- Susurré sin ganas, no quería parar, pero debía.
-¿Qué?, ¿por qué?- dijo y dejó de besarme para mirarme con los ojos muy abiertos y una de las cejas elevadas.
Permanecí en silencio demasiado, ella comenzó a sacar conclusiones.
-Es por Carlos, ¿no?- preguntó con el ceño fruncido.- ¿o porque me ves demasiado pequeña?.- Volvió a morderse el labio.
-No es por ninguna de esas razones, te lo aseguro.- Respondí deprisa.
-¿Entonces?.
-No quiero estropearlo todo, no quiero que te veas obligada a hacer esto conmigo solo porque creas que es lo correcto.
Isa miró hacia otro lado y después clavó sus ojos sobre los míos.
-No lo hago porque crea que es lo correcto, lo hago porque es lo que quiero, ¿y qué se estropearía?.
-Es que, quizá si vamos tan deprisa, después te canses de mí.- Me arrepentí de decir eso, no sabía como le iba a sentar, pero si me lo dijesen a mí, se que me habría sentado mal.
-No me cansaría de ti, nunca, ¿me oyes?, así que no tengas miedo, ya te dije que te quería, y te aseguro que eso no va a cambiar por ir o no ir deprisa.- La miré a los ojos, eran dulces, muy dulces.- Sácate esa idea de la cabeza, Blas, te quiero, y quiero hacer esto, te prometo que nada va a cambiar.
La besé otra vez, me quería tanto como yo a ella, ahora más que nunca sabía que no la iba a dejar escapar.
Mi teléfono comenzó a sonar, alargué la mano hasta mi bolsillo y lo saqué, era Dani, y miré la hora, eran más de las ocho y media...
-¿Donde coño te has metido?- me gritó haciéndome apartar la oreja del móvil.- Llevamos media hora esperándote...
-Lo se, lo siento, pero.... Ahora.
Isa me quitó el teléfono de la mano y se lo puso sobre la oreja.
-Le han surgido unos asuntos, cúbrele por favor.
Y sin decir nada más colgó.
-Sabes que lo contará ¿no?- le dije, ella asintió- y sabes que tu hermano se cabreará aún más, ¿verdad?.
-No me importa.
Pegó sus labios a los míos y me acarició suavemente la piel, pasé mis manos por su cintura y le quité la camiseta, me levanté un poco para poder desnudarnos del todo y la contemplé, era preciosa, y era mía. Isa se sonrojó un poco avergonzada.
-Eres preciosa.- Le susurré antes de volver a besarla.- Te quiero.
-Te quiero.- Repitió ella.
Y nos volvimos uno, era mía, y yo era suyo, y eso no dejaríamos de ser el uno del otro, nunca porque la amaba. Éramos el uno para el otro, por siempre.